Fue plantado en 1925 y se lo llevó por delante uno de los temporales que asolaron A Coruña a principios de este año. Se trata del conocido como Pino de Pondal, un árbol erigido en los jardines de Méndez Núñez al lado de la estatua del Bardo de Bergantiños en honor del poema Os pinos. Derribado, su destino era el olvido. Hasta que el artista Enrique Tenreiro se cruzó en el camino.
«Lo vi tirado en la portada de La Voz [la del 15 de febrero] y pensé que era una barbaridad que esto se perdiera», recuerda el artista, que pretende transformarlo en una monumental escultural. «Se la daré al Ayuntamiento, mande quien mande, y me encantaría que la pusieran en el mismo lugar en el que estaba el árbol».
Aquel 15 de febrero, Tenreiro se desplazó a los jardines para ver el destrozo. «Estaba una chica de Cespa limpiando y me dijo que lo iban a llevar a Nostián y quemarlo. Y eso no podía ser. No podía ser que el símbolo de nuestro himno terminase de esa manera tan triste», indica. Por ello, se dirigió a las dependencias de Cultura. Allí lo remitieron a Medio Ambiente, en donde encontró una respuesta satisfactoria. «Hice un escrito y me lo regalaron», dice. Para el desplazamiento fue necesaria una grúa y dos operarios, que llevaron la pieza a una casa que posee la familia de Tenreiro en Nós.
En los próximos días Tenreiro usará la motosierra y la gubia para transformarlo en una obra de arte. Seguramente, también recurra a la pintura. «Todavía no sé lo que haré. Pero seguramente tenga alguna relación con Pondal», apunta. Además, con las partes sobrantes elaborará pequeñas piezas. «Es la madera más grande que he usado jamás y que vaya a usar en mi vida».