Esa cantidad representa una pequeña parte de lo que gasta Telefónica
09 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Ningún alcalde de la comarca cobra ni siquiera la mitad de lo que cuestan a las arcas públicas los robos de metales. Solo en lo que va de año, los concellos de la zona -especialmente los de Bergantiños, que son los más afectados- han gastado en reparar instalaciones eléctricas, o tienen que hacerlo, unos 80.000 euros.
A esos 30.000 euros desembolsados por el Concello de Carballo, 12.000 por el de A Laracha, 15.000 de Cabana, más de 6.000 en Coristanco, 17.000 de Malpica y otras cantidades más pequeñas en Zas, Vimianzo, Camariñas o Laxe, hay que sumar los de los polígonos industriales a los que hace frente la SEA, que solo entre Vimianzo y Malpica superan los 100.000 euros.
En cualquier caso, estas cifras quedan se pequeñas comparadas con lo que suponen los robos de cobre a las compañías que distribuyen el teléfono y la luz. Cualquier reparación media del tendido de Telefónica -todas las semanas hay al menos una en la zona por este motivo- supera los mil euros. Cuando tienen que sustituir los postes cortados, como ocurre habitualmente en la zona de Zas, la factura se dispara. Si además, como ya sucedió en Dumbría, los ladrones cortan por error la fibra óptica para transmisión de datos, un solo arreglo puede llegar a los 10.000 euros.
En conjunto, entre el valor del cable sustraído, los pagos a las empresas para su restitución y las pérdidas por los cortes de suministro, esta actividad desaprensiva, que incluye las tuberías de las piscinas y hasta las tapas del alcantarillado, le está costando a la ciudadanía varios cientos de miles de euros al año.
El problema, aparte de las reclamaciones de las compañías, suscita las quejas de alcaldes como los de Cabana, Malpica o Carballo, que piden soluciones.