El Fresh Weekend sitúa Cerceda en el mapamundi del «techno»

Juan Ventura Lado Alvela
juan ventura lado CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

El cartel y la respuesta del público aseguraron el éxito

04 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Si el viernes fue Óscar Mulero el que demostró con un espectáculo de estreno que sus greñas, pese a quien pese, tienen un sitio reservado en la historia de la música electrónica de este país y el mago Jeff Mills le recordó a los más descreidos que hablar de techno significa necesariamente respirar el humo de los clubes de Detroit; la noche del sábado en el Fresh Weekend de Cerceda llevó el nombre de Marco Carola. El creador italiano trasladó al parque acuático de O Acevedo la esencia de las tendencias contraculturales napolitanas y supo bajar al nivel del suelo para regalar los oídos del público con temas de éxito reinterpretados a la medida de cada momento.

Por la misma mesa de mezclas del escenario rojo ya habían pasado antes, durante las más 60 horas que duró la fiesta con mayúsculas de la cultura electrónica en el noroeste peninsular, gente de la talla de Paul Ritch, oVictor Santana y su banda.

En la carpa azul, toda vez que la blanca -igual que ya había ocurrido en la edición del 2010- quedó reservada para innovadores y refugio de despistados; los Luciano, Damian Lazarus, Jamie Jones, Marcos in Dub y compañía dejaron paso a Los Suruba, Gregor Tresher y demás. Entre todos lograron elevar el ambiente del, en teoría, escenario B de la fiesta hasta un nivel que tenía poco que envidiarle al de las estrellas mundiales que pisaron la carpa roja.

En medio de todos esos nombres, jalonados por imponentes carreras y cachés que asustan, apareció la firma de una ourensana, que por lo se pudo ver en Cerceda, está llamada a escribir páginas importantes en la electrónica nacional. El espectáculo de Cora Novoa, a quien le tocó empezar a calentar el ambiente a media tarde del viernes, logró el aplauso prácticamente unánime de todos los que tuvieron la oportunidad de escucharla y de muchos que, a partir de ahora, seguirán con asiduidad sus sesiones.

En general, aunque sin el éxito masivo de la primera edición, la respuesta del público y la talla del cartel hicieron del Fresh Weekend una cita a tener en cuenta dentro del calendario internacional. Al menos así lo creen aficionados llegados desde Cataluña, Madrid, Andalucía, Sevilla, Asturias, Salamanca o Portugal.

Las miles de personas que se reunieron en el parque acuático cercedense disfrutaron de una forma de diversión que implica mucho derroche físico y en la que, como en todas las de este estilo, sobró algo de química.

Entre los tópicos, algunos más fundados que otros, que definen la cultura electrónica como una disculpa de jóvenes descerebrados para drogarse sin control, los testimonios de asistentes como Ricardo -un catalán de 36 años que hizo las maletas para venir a Cerceda después de enterarse por La Voz de la existencia del festival- ponen el contrapunto necesario: «La gente debe darse cuenta de que el techno por sí mismo ya es una droga y que cualquier otra cosa solo servirá para privarles de la liberación que supone disfrutar a tope de la música de calidad».