Ganaderos galos también se quejan del precio de la leche

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CARBALLO

Los participantes en el viaje profesional y educativo de Fonteboa a La Vendée visitaron una sociedad agropecuaria

25 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los agricultores franceses también se muestran insatisfechos por el precio de la leche, y por los incrementos de los costes de los combustibles y de los concentrados, que limitan la rentabilidad de las explotaciones. Sin embargo, acostumbrados a reflexionar sobre los problemas, idean soluciones para mantener la visibilidad de las granjas. De ahí surgen iniciativas de diversificación, de cambios en el sistema de producción para reducir costes o para la diferenciación de los productos. Estas iniciativas son las que se están analizando en las visitas y encuentros del viaje profesional de Fonteboa a Francia.

Después de la reunión con los responsables de los Grupos de Estudio y Desarrollo Agrario, los Geda, que ha permitido enmarcar la agricultura regional, definir las tendencias y sacar a la luz las preocupaciones de los agricultores, el programa sigue su plan. Los participantes han tenido la oportunidad de analizar el Gaec La Sapinière, una explotación representativa de las tendencias actuales.

Está formado por seis socios entre 43 y 55 años, ocupa una superficie de 420 hectáreas y disponen de 2 millones de litros de cuota de producción de leche. De cara al presente año el objetivo es aumentar en medio millón de litros e ir creciendo progresivamente para adaptarse al nuevo escenario sin cuotas a partir del 2015.

La producción anual por vaca es elevada (9.700 litros), pero tienen previsto bajar los rendimientos para así no tener que comprar los alimentos proteicos del exterior, apostando por la autonomía alimentaria. Actualmente aportan una media de 5 kilos de soja por vaca. El coste de alimentación en concentrado es de seis céntimos por litro.

El precio de la leche fue en febrero de 0,31 euros.

Dentro de seis años uno de los socios se retirará (en Francia la jubilación es a los 62 años, después de la última reforma, pues antes era a los 60). Cuando deje de trabajar, la persona que ocupará su lugar en la sociedad deberá reembolsarle los 500.000 euros de su participación. Conscientes de las dificultades de entraña para un joven hacer tal desembolso, arbitran otras medidas. La más habitual es que el joven aporte la mitad (250.000 euros que solicita a través de un préstamo a un banco), en tanto que la sociedad pone la otra mitad y en años sucesivos equilibra la aportación.

También se abordó el tema de los salarios, que en este caso son de 2.500 euros por mes (el joven debe amortizar el préstamo con este sueldo). Además, cada socio recibe un 4% de intereses sobre el capital invertido en la explotación y el resto de los beneficios se reinvierten

Los niveles de remuneración de los agricultores galos están al mismo nivel que los de otras profesiones y en algunos casos, como el analizado, por encima. Ello es resultado de los protocolos de gestión empresarial.