La lluvia dio una tregua a las cerca de 200 personas, entre ellas el alcalde de Cerceda, que ayer se manifestaron en la localidad para reclamar la readmisión de los 32 trabajadores de Danigal que el pasado día 19 fueron despedidos después de que la compañía se quedase sin carga de trabajo, ya que Sogama ya no le envía residuos de la bolsa amarilla para reciclar. La protesta, convocada por los tres sindicatos presentes en el comité de empresa de las firmas auxiliares que trabajan para la sociedad medioambiental (CC.OO., UGT y CIG), transcurrió sin incidentes entre el polideportivo y el ayuntamiento de Cerceda, pero todos los presentes dejaron claro que el de ayer solo fue la primera batalla de una guerra que se prevé larga. «Comeza hoxe unha folga indefinida que manteremos ata que os traballadores de Danigal sexan readmitidos. Non pararemos», aseguró Enrique Llames de Comisiones. Más allá fue el representante de UGT, Juan Manuel Carreira García, quien añadió que «o presidente de Sogama dixo que isto era unha guerra e que nas guerras sempre había mortos, pero nós non lle temos medo».
Sin embargo, los trabajadores de las auxiliares de la sociedad medioambiental sí que temen algo: creen que los despidos de Danigal son solo los primeros de una larga lista y que pronto pueden ser otros los que se vean en la calle. De hecho, desde la compañía han reconocido que la plantilla de Sogama está sobredimensionada, un anunció que muchos han tomado como un mal augurio.
«Isto só é a punta do iceberg, detrás dos de Danigal virán os traballadores do vertedeoiro e os da planta da PRT e quizais moitos máis, porque se o que Sogama quere é enterrar o lixo, sobramos todos», aseguró ante el ayuntamiento el representante de la CIG, Xosé Lois Martín Freire, aludiendo a otro de los temores de los manifestantes. «Sogama está deixando a un lado os seus propósitos iniciais de reciclar o lixo. Agora só quere abaratar custes e bástalle con tiralo todo directamente no vertedoiro. Apostan polo enterramento e iso non é só prexudicial para os postos de traballo, senón tamén para a saúde dos veciños de Cerceda», indicaron.
«Están xogando con nós como se fósemos bonecos», aseguró una de las ex trabajadoras de Danigal, cuyas compañeras confirmaron que aunque el despido se produjo el pasado día 19, llevaban «varios meses sen carga de traballo algunha».