Cerceda es un Ayuntamiento distinto. Por sus características demográficas y por su geografía es un municipio más de la Costa da Morte, pero sus condiciones económicas, está en otro planeta.
Con solo 5.500 habitantes, el Ayuntamiento llegó a contar con un presupuesto más de seis veces superior al de Cee, que cuenta con una población de casi 8.000 vecinos. Lo que tiene Corcubión para su funcionamiento durante todo un año se lo pueden gastar en Cerceda solo en farolas o en inversiones en infraestructura deportiva.
Ningún otro municipio, salvo Carballo, maneja unos presupuestos tan elevados. Y ninguno, ni Carballo, ha conseguido cifras tan dulces de paro. En plena crisis, en Cerceda solo el 5,7% de la población activa está sin trabajo. Es decir, poco más de 300 personas.
Son datos esenciales para entender un poco un municipio prácticamente desconocido a nivel turístico pero de primera línea en desarrollo industrial. Son muchas las grandes empresas allí instaladas y muchas las que el alcalde espera que lleguen cuando se acabe con los polígonos. Ahí está la base de la riqueza.
Ahí y en planes como el Miner, que ha supuesto una auténtica lluvia de millones que no escampará hasta el 2012. Así se entiende que el Ayuntamiento ultime las obras de un centro de desarrollo tecnológico o que pronto tenga listo su jardín botánico. El parque acuático, una vieja inversión ahora ampliada, ha servido también para marcar la diferencia y poner a Cerceda en el mapa para muchos.
Dinero no ha faltado ni falta, pero quedan asuntos pendientes de resolver. No se ha conseguido que la riqueza sirva para atraer población ni para que el urbanismo local sea más atractivo. Son deberes pendientes. El PSOE, con amplia mayoría, intentará seguir al mando para buscar una solución.