Un informe señala que las pinturas de Dombate han sufrido daños

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO.

CARBALLO

Otros elementos del conjunto megalítico de Cababa también han desaparecido por la falta de cuidados

23 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Pequeñas pérdidas y desprendimientos por escamación de la superficie son los daños que, a simple vista, han observado los técnicos en las pinturas de Dombate. La Diputación encargó un estudio científico sobre la situación actual de los murales con respecto a la que se observó en 1987 cuando fueron descubiertas. El análisis preliminar, que ya obra en poder del organismo provincial, pone de manifiesto que los 17 años que han transcurrido desde los últimos trabajos de consolidación han pasado factura.

La gravedad de las pérdidas será objeto de una observación más detallada, con la comparación minuciosa de las fotografías tomadas en el 87 y hace unas semanas. Además se establecerán los agentes que han causado los daños.

La señal de alarma sobre la situación de las pinturas la dio el conservador Fernando Carrera, encargado de los trabajos de protección durante las obras de puesta en valor del megalito. Este especialista había propuesto a Patrimonio la construcción de una estructura de madera a unos 10 centímetros de las losas para evitar cualquier roce. El espacio entre las tablas y las losas debía rellenarse con arena.

Tras una visita al dolmen, el conservador decidió proponer que el material aislante fuera mucho más ligero. Pensó en bolitas de porexpan porque se dio cuenta de que las pinturas no soportarían la fricción de la arena. Un estudio más pormenorizado dio como resultado que hasta con el poliextireno expandido podía haber más pérdidas en la pintura.

Ahora simplemente se ha depositado sobre las losas decoradas un lienzo geotextil que es, según el conservador, el único sistema que se puede usar sin dañar más los diseños. Se trata de que los dibujos no se vean afectados por el polvo que producen las obras. La nueva propuesta ha sido enviada a la Dirección Xeral de Patrimonio para su aprobación, pero, por lo visto, hay muy poco margen para opinar.

Fernando Carrera, que desde el primer momento ha estado vinculado a las pinturas, hizo la conservación de 1993. Reconoce que no fue suficiente, pero que en ese momento no podía preveer que los diseños estarían 17 años sin ningún tipo de protección, ya que en todo este tiempo ni siquiera se renovó el cierre de madera de la cámara que debía proteger el interior del dolmen del agua de lluvia y que hace mucho tiempo que no cumple esa función.

Hace ya años que el yacimiento está prácticamente al aire libre, salvo el breve período en el que se usó una carpa que acabó destrozada por el viento. En marzo, cuando Fernando Carrera acudió al yacimiento con representantes de la Xunta y la Diputación ya pudo comprobar como el agua corría por las losas. A eso habría que añadir las veces que el interior del megalito se ha inundado.

Además, el conservador señaló que también se han perdido otros elementos del conjunto megalítico.