«Alguna gente llama diciendo que hay un perro abandonado y después compruebas que es suyo»

La Voz

CARBALLO

25 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Si tuviera que volver a poner en marcha la protectora, es muy probable que no lo hiciese. Araceli Vila, presidenta de la Asociación de Amigos de los Perros, está desbordada. Prácticamente vive en el refugio de animales, porque la entidad tiene muy pocos colaboradores «y nos toca siempre a los mismos», y eso la obliga, de alguna manera, a dejar de lado su vida personal.

Los medios son escasos, porque la protectora se encarga del cuidado y la alimentación de los perros hasta que encuentra un hogar para ellos, lo cual ocurre con menos frecuencia de la deseable. Por ello, agradecen todo tipo de colaboración tanto económica como en forma de pienso, colchonetas, material de construcción o sanitario, productos de limpieza y, sobre todo, voluntarios que echen una mano.

Frente al duro trabajo diario en el refugio de Bértoa, personas como Araceli se topan con la picaresca de algunas personas. «Alguna gente llama diciendo que hay un perro abandonado y después compruebas que es suyo. Esos perros deberían estar en sus casas y dejarles el sitio a otros que realmente lo necesitan, porque son muchos», asegura.