Los voluntarios de Protección Civil -con la ayuda de un vecino- pusieron fin a última hora de la tarde de ayer a la odisea que vivieron durante varias horas los cuerpos de seguridad de Fisterra por causa de un perro, supuestamente abandonado, que atacó a una turista alemana.
Los hechos ocurrieron en las inmediaciones del restaurante Tira do Cordel, donde la mujer, de unos veinte años de edad, se encontraba paseando en compañía de otra compatriota. El animal, un macho adulto de raza boxer, se abalanzó sobre ella y le produjo heridas en un brazo y en una pierna. Según informaron fuentes de la Policía Local, las lesiones no parecían graves, pero aun así la mujer tuvo que ser traslada al Hospital Virxe da Xunqueira de Cee para recibir tratamiento, ya que como nadie en la localidad conoce el origen del animal fue imposible determinar si tiene las vacunas reglamentarias para evitar el contagio de enfermedades.
Falta de medios
Después de morder a la turista el can echó a correr por el pueblo hasta llegar a la playa. Los agentes de la Policía Local estuvieron persiguiéndolo durante horas porque entrañaba un riesgo potencial para las personas que pudiesen cruzarse en su camino. Los municipales consiguieron confinarlo en un punto del arenal, pero no disponían de los medios para apresarlo. La única solución factible fue pedir refuerzos a otros cuerpos de la comarca y a una protectora de animales coruñesa, pero ninguno pudo acudir en su ayuda.
Finalmente, a última hora de la tarde, los voluntarios de Protección Civil, ayudados por un vecino, consiguieron reducir al animal y lo trasladaron a dependencias municipales, donde lo han dejado con comida y agua a la espera de que un veterinario acuda a examinarlo a lo largo del día de hoy.
«Collémolo cun pau que temos, así feito a man, coma se fose o lazo da canceira, pero de corda en vez de aceiro e despois atámolo», comentó uno de los miembros de la agrupación que participó en la captura.
El animal, según explicaron varios testigos, lleva merodeando por la zona del Tira do Cordel desde Semana Santa y no se le conoce propietario, por lo que los responsables municipales consideran que pudo llegar al pueblo acompañando a algún peregrino, que lo dejó abandonado.