05 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.
Lucas Toba es percebeiro en Muxía, tiene 38 años y está convencido de que «estes tipo de oficios do mar cascan moito físicamente». Por eso está en contra de retrasar la edad de jubilación.
Señala: «Vexo aos percebeiros de 56 ou 57 anos e cústalles bastante. En xeral, cando chegan aos 55 anos xa se lles fai moi difícil andar polas pedras».
Como sus compañeros, Lucas Toba considera que hay trabajos que se pueden hacer con una edad avanzada, pero está convencido de que para el suyo hay que encontrarse en muy buena forma física. También reconoce que hay personas que llegan mejor que otras a esa edad.