«Muxía, testimonialmente, é un finisterre xacobeo a defender»

CARBALLO

Los expertos señalan que el localismo camina en contra de la puesta en valor del tramo del Camiño que llega a la comarca

17 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El patrimonio inmaterial y la base etnográfica dignifican a un pueblo y, como tal, hay que protegerlo y defenderlo a nivel turístico, apuntó Antón Castro, profesor, historiador y crítico de arte. Las jornadas Muxía no Camiño de Santiago arrancaron ayer en el albergue de peregrinos de la localidad. Ideas encontradas y propuestas de futuro centraron el primer debate, extenso en ideas y tiempo. Inauguraron y clausuraron los actos el regidor, Félix Porto, y Amparo Baña, edila de Cultura.

De momento, y según una comparación con los otros finisterres europeos, «o que se está a facendo é practicamente nada máis que antipromoción e antiaproveitamento, cando en realidade esta ramificación do Camiño por Muxía e Fisterra está máis que documentada», señaló Antón Pombo, doctor en historia, periodista e investigador del Camiño. Faltan muchas cosas, entre ellas un cuidado mayor e incluso una señalización adecuada (ausente en varios tramos) para que el Camiño efectivamente llegue a contribuir al desarrollo local y a la transmisión de valores tradicionales que se están perdiendo. Esa fue la postura del historiador Manuel Vilar. Que así puede ser lo demostró Raquel Carregal, propietaria desde hace dos años de un albergue privado de peregrinos en Arzúa: «Los proyectos de negocio asociados a la explotación del Camiño contribuyen a la fijación poblacional al ser una fuente de ingresos directa e indirectamente».

En el sector turístico, señaló Manuel Pan, presidente da Asociación de Profesionais do Sector Turístico da Costa da Morte, es necesaria la organización, porque «o producto do Camiño a Fisterra e Muxía hai que atendelo». El pasotismo, la indiferencia y los malos entendidos fueron algunos de los obstáculos para acercarse a este tramo del que los peregrinos, los documentos o la presencia de hospitales han dejado constancia, apuntó José Antonio de la Riera, presidente de la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago. En su intervención expuso claramente: «O Camiño de Santiago, como di o seu nome, remata en Santiago, non en Fisterra nin en Muxía, aínda que está claro que este tramo da Ruta que logo facían os peregrinos está moito máis documentada que outras. Pero o Camiño non se vende nin se promociona en feiras, senón cos peregrinos, porque son eles os que o fan».

Para ello (coincidieron casi todos los ponentes), «este localismo propio do país dos ananos» es contraproducente. El individualismo desembocó en su día en un secular atraso y no hay razón para colocar un muro entre Muxía y Fisterra: finisterre, para los antiguos, era todo. «Muxía, testimonialmente, é un finisterre xacobeo que temos que defender. Pero temos que defender un camiño ao finisterre e tanto Muxía como Fisterra forman parte del», señaló Castro. De lo contrario, se dijo, para el dinero público no habrá buen puerto. Ofrecer buena información al visitante es básico (se habló del aprovechamiento como museo de la casa rectoral de Muxía) y en ese sentido «falta moito por facer» en ambas localidades. Cooperación y reivindicación unida fueron las ideas centrales de unas jornadas a las que asistieron medio centenar de personas.