Uno de los mejores cruceiros de Galicia sigue abandonado entre la maleza

S. G.

CARBALLO

22 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El Cruceiro dos Santos, situado en el lugar de Cheis (Bamiro-Vimianzo) sigue abandonado, cubierto cada vez de más maleza.

Se trata de una joya de las cruces de Galicia, muy posiblemente del siglo XV (se pensaba incluso que anterior), para la que el Seminario de Estudos Comarcais para a Promoción do Patrimonio Cultural da Costa da Morte ha solicitado a la Consellería de Cultura la declaración de bien de interés cultural (BIC).

La entidad aportó para ello un muy trabajado documento informativo sobre la escultura, que firma el presidente del Seminario, Xosé María Lema Suárez, experto en el arte religioso de Soneira y natural de la parroquia, en la que por cierto abundan las cruces significativas por el antiguo Camiño Real que lleva hacia Baio. Una vía que ha ido desapareciendo a base de tiempo, parcelaciones y las nuevas vías, pero que, hace años (recuerdan algunas personas de mediana edad naturales de Cheis) era conocida por enlazar la zona con Muros y Noia.

Algo de ello aún se percibe al visitar el lugar. El cruceiro está situado cerca de la carretera que enlaza Baio con Baíñas. Un vistazo sosegado desde esta pista permite adivinar su ubicación, a la que se llega en pocos segundos por una pista estrecha, que muestra signos evidentes de haber tenido mucha más vida de la que tiene.

Límite

Se yergue a pocos metros de los montes de Pazos (Vilar de Zas), razón por la que en alguna ocasiones se ha citado este último municipio como titular, una circunstancia que de vez en cuando se ha producido con el de Regoelle (Olveira o Baíñas) y hasta con el dolmen de A Piosa de Muíño, titularidad zasense que Vimianzo ha llegado a atribuirse en alguna publicación. Es otra muestra del cambio de mentalidad: hasta hace pocos años, la mayor parte de las Administraciones ignoraban sus riquezas patrimoniales y ahora se las disputan, aunque tampoco es que se haya avanzado mucho a la hora de protegerlas.

El Cruceiro está en una encrucijada a la que le va ganando el olvido y el abandono. La maleza empieza a recubrirlo hasta arriba. Hace poco más de un lustro, era sencillo admirar los detalles de sus relieves por las dos caras y los laterales. Ahora, ya no.

Descripción

En su petición, Lema aporta una minuciosa descripción de los relieves, espectaculares sin duda por la cara oeste, la que mira al Camiño Real: «Baixo un dosel de arquiños apuntados, unha figura sedente, o Padre Eterno, que representa a un home ancián nunha actitude maxestosa, barbado e de longa cabeleira. Viste túnica e manto, vestiduras animadas por pregas pesadas e ampulosas. A figura entrelaza os dedos das mans por diante do ventre para protexer a diminuta figura dun neno Xesús vestido cunha cumprida túnica, que se ergue de pé sobre os seus xeonllos cos brazos abertos en cruz. A imaxe do Deus Pai é hierática e serena; leva unha coroa sobre a cabeza e unha pomba enriba dela (o Espírito Santo). Ao pé destas tres figuras, unha figura masculina de pé, barbada e de cabeleira recortada, coa súa cabeza cuberta cun gorro, vestida con túnica e manto, que parece levar nunha man un caxato e na outra un obxecto rectangular. Represántase aquí unha Trindade (Deus Pai, un home ancián; o Fillo é o meniño do colo e a pomba sobre a cabeza o Espírito Santo), tema inédito na iconografía galega dos cruceiros. O personaxe situado ao pé pode ser Santiago Apóstolo (o bordón nunha man e o libro dos Apóstolos na outra), un peregrino ou un homo viato r».