El temporal hizo saltar todas las alarmas en uno de los símbolos de la comarca, el dolmen de Dombate. Las rachas de viento que superaron los 150 kilómetros por hora en el entorno del yacimiento tiraron la carpa que protegía el monumento de las inclemencias climatológicas. Parte de la instalación, de grandes dimensiones, se desplomó sobre la zona principal del dolmen, lo que en un primer momento hizo temer por la integridad de Dombate. Por este motivo, varios técnicos de la Diputación de A Coruña y de la empresa que resultó adjudicataria del concurso de excavación del yacimiento se desplazaron ayer por la mañana hasta el lugar para analizar los daños en su estructura y, a pesar de lo aparatoso del accidente, los expertos coinciden en señalar que «no presenta daños de consideración».
El autor del proyecto de excavación y responsable de Arkaios, la empresa que va a ejecutar los trabajos, el arqueólogo Manuel Lestón, asegura que hubo mucha suerte porque el fuerte viento impidió que los pilares de la carpa se arrastrasen por todo el dolmen. «Houbo moita sorte. O forte vento sacou a carpa polo aire e a tirou de un golpe seco sobre a tapa do xacemento. Pero non fixo prácticamente presión o que amortiguo os danos», subraya Lestón, quien añade: «Cos técnicos da deputación decidimos non reemplazar a carpa e comenzar a traballar no perímetro máis próximo a Dombate».
En un principio el plan de trabajo previsto en el proyecto arqueológico recogía que la primera fase de las obras, que duraría aproximadamente cuatro meses, se extendería en el entorno de la carpa. Mientras que la segunda etapa se desarrollaría en un pasillo de cuatro metros donde se asentaban los pilares de la excavación. Sin embargo, estos desperfectos obligan a modificar el calendario del proyecto. Así, primero se trabajará donde estaba la base de la carpa, después se parará para que se construya la edificación y luego se retomará la excavación.