Un cazador de Vimianzo denuncia que mataron a su perro de dos disparos

CARBALLO

06 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Un cazador denunció que uno de sus perros de caza apareció muerto por dos disparos en un monte del municipio de Vimianzo. El suceso ocurrió durante una jornada de caza que tuvo lugar este pasado domingo en un monte situado entre Vilaseco y Santa Cristiña.

Miguel Allones es el dueño del perro muerto, de raza Beagle. Es aficionado a la caza desde hace 26 años y reside en la localidad vimiancesa de Pasarela, aunque nació en A Ponte do Porto (Camariñas).

Según relató, el domingo llegó al monte sobre las nueve de la mañana, junto a varios compañeros y a sus perros. «O can marchou detrás dun rastro, xunto con outros dous, pero estes últimos volveron despois de hora e media, máis ou menos», explicó. Fue entonces cuando Miguel Allones comenzó a buscar al perro, llamándolo y silbándole, «pero o can non respondía, ata que de repente oín que o animal pegaba un berro, non moi lonxe de onde eu estaba», continúa. En un principio, según cuenta este cazador, pensó que el perro podría haber sido atacado por un lobo, «porque nesa zona soe haber moitos, e a algún compañeiro xa os teñen atacado os cans», explica.

Sangre

Después de rastrear la zona, Miguel Allones encontró al animal muerto junto a unos eucaliptos: «Chamei por teléfono aos meus compañeiros, pensando que o can finara de morte natural, pero foron eles os que viron que sangraba e que tiña dous disparos no lombo», comenta. En concreto, el cazador explicó que el perro «tiña dous balazos, e probablemente foron tirados cunha arma curta, porque hai pouca distancia entre un disparo e o outro. Ademais, creo que o fixeron cun arma que tiña silenciador, porque o animal non estaba moi lonxe de min e, sen embargo, non escoitei ningún disparo».

Un duro golpe

Este cazador vimiancés se siente muy afectado por lo sucedido, porque explica que considera la caza «un deporte san», en el que están fuera de lugar la competitividad y las envidias.

Además, asegura que lleva 26 años practicando esta afición y que nunca ha tenido ningún problema ni conoce que haya habido casos semejantes en ese coto de caza. «Non quero que isto volva pasar, nin que quede impune, porque non me explico como alguén pode cometer un crime coma este contra un animal. O que fai isto non ten corazón», explicaba apenado Miguel.

Este cazador dice que no sospecha de nadie, pero asegura que pondrá esta situación en conocimiento de alguna protectora de animales para que tome medidas y que se persiga a los culpables.

En cualquier caso, una veterinaria estuvo examinando a su perro en la tarde de ayer, y en ninguna de las dos radiografías realizadas aparecieron las balas.