Los jóvenes compran narcóticos en las zonas de marcha y cada vez menos en los colegios

M.V. / L.L.

CARBALLO

09 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los hábitos y lugares de venta de droga en la Costa da Morte están cambiando, según explican fuentes de las asociaciones Vieiro y Abondou. Lo que más funciona es el boca a boca. Según explica Juan Gómez, de Abondou, hoy en día es más raro que ofrezcan droga, sino que es el propio consumidor el que pregunta, la encuentra y pide.

Los puntos donde se hallan las sustancias estupefacientes suelen ser los lugares de ocio nocturno, sobre todo los fines de semana, aunque los camellos pueden encontrarse en cualquier lugar, tanto en bares, como restaurantes o en plena calle. «Cada vez atópase menos na zona escolar», explica José Manuel Vázquez, de Vieiro. Según las asociaciones antidroga, esto se debe a los controles policiales y a la vigilancia de los propios profesores.

También destacan que el perfil del vendedor de droga ha cambiado, ya que cada vez son más jóvenes, trapichean con pocas cantidades y solamente venden a los conocidos, por lo que se arriesgan menos y se hace más difícil dar con ellos.

Las drogas más fáciles de encontrar son el cannabis, la cocaína y las pastillas. Los expertos insisten, sin embargo, en el peligro que tienen el alcohol y el tabaco, no solamente por sus efectos nocivos para la salud de los jóvenes, sino porque también son la puerta de entrada a otras drogas. «Los que nunca han bebido, es raro que consuman otro tipo de estupefacientes», comenta Juan Gómez.

De todas formas, insisten en que lo más importante de esta situación no es quien vende, sino quien compra. «Es más importante invertir dinero en educar a los chicos para que no consuman droga, que en vigilar las costas gallegas para que no entre en el país. Si no hay consumidores, los vendedores están condenados a desaparecer», explican desde Abondou.