El porco celta desata pasiones

CORCUBIÓN

Corcubión celebró la tercera exaltación de la raza porcina autóctona, y en la parroquia carballesa de Oza se rindió homenaje al modesto cachelo por primera vez

10 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La Festa do Porco Celta está llegando a su madurez. Mejor puesta en escena y también mayor afluencia de público que otros años para dar cuenta de los cientos de raciones que se pusieron a la venta ayer en Corcubión.

El visitante se topaba, de entrada, con un puesto -en cartón piedra- de Medio Rural en la plaza de Castelao, ofreciendo información sobre las cualidades de la única raza porcina autóctona, que asociaciones como la Amigos do Porco Celta están intentanco recuperar en Galicia. Bien documentados, los visitantes bajaban después al puesto de venta -el alcalde, Francisco Javier Lema, trabajó, un año más, sirviendo raciones-, donde, por 6 euros la ración, podía dar cuenta de empanada, tabla de embutidos, paleta asada, chorizos al vino y carne á pedra. Todo, claro está, elaborado con porco celta.

Que la fiesta funcionó lo demostraron las colas para conseguir los vales para hacerse con las raciones y el escaso sitio -sobre todo a la sombra, apretaba el sol- para poder sentarse a comer. Y en la cata se notaba la diferencia con el cerdo que en Galicia se explota a nivel industrial. Muchos se preguntaban si aquella carne, más jugosa que la que se encuentra en el supermercado y con otros sabores, era realmente cerdo. Cerca, en una jaula, una gran cerda celta con sus lechones parecía no intuir que comían los visitantes.

La guarnición la puso la asociación de vecinos A Torre Vixía, que celebró la primera Festa do Cachelo en la parroquia carballesa de Oza. Claro no que solo hubo patatas -tan cotizadas en este año de escasez-, sino también chorizos y sardinas, y un ambiente familiar que prolongó la merienda hasta bien entrada la noche.