La subida del euríbor y la crisis económica que sacude España no perdona tampoco a la Costa da Morte.
En la comarca se percibe desde hace algún tiempo un parón importante en el sector inmobiliario. Se ha reducido sensiblemente el número de peticiones de licencias de construcción y también el de quienes compran un piso.
Hasta ahora ese era el único indicador de la crisis de consumo en la comarca. Pero hay más termómetros, como el de los casos de impagos que acaban convertidos en procesos judiciales en las salas de la comarca.
Por poner un ejemplo: en los tres primeros meses del año 2008 el número de procesos relacionados con cuestiones económicas -esencialmente impagos- supuso más de un tercio del total de los abiertos en uno de los dos partidos judiciales de la Costa da Morte.
En esa misma zona se llevó a cabo en tres meses el mismo número de ejecuciones de hipotecas que durante todo el año anterior. Con todo, esa cifra sigue siendo baja, ya que raramente se pasa de una o dos al mes.
Donde se aprecia un aumento inquietante de los impagos es en los denominados procedimientos monitorios, es decir, aquellas reclamaciones documentadas por un valor inferior a los 30.000 euros. En general, se trata de deudas relativas a créditos rápidos suscritos a un elevado interés y de facturas de plazos de coches, muebles, electrodomésticos u otros productos. Si hace un año ese tipo de procedimiento no era muy habitual, en la actualidad se ha convertido en la primera fuente de casos de los juzgados de la comarca, con dos o tres por semana y muy por encima de la cifra de juicios ordinarios, divorcios, conciliaciones y otros tipos de procedimientos judiciales.
Las letras de cambio y los cheques impagados llegan también ahora con más frecuencia de lo habitual a los juzgados, así como las denominadas ejecuciones dinerarias, un concepto muy semejante al de los monitorios -también reclamaciones por impagos- y que si antes se veía en las salas con poca frecuencia se repite ahora semana tras semana.
Otros asuntos económicos no pasan por los juzgados ordinarios, sino que llegan directamente al Mercantil. Allí se dirimen, entre otras cosas, los casos de aquellas empresas que se acogen a la ley concursal para intentar evitar la quiebra.
En el primer trimestre del año 2007 hubo siete concursos que afectaban a empresas de toda la provincia. En el mismo ámbito, en los tres primeros meses del 2008 ya van diez.
Fuentes cercanas a la Administración de Justicia destacan que el aumento de los procedimientos por impagos es algo anómalo, pero esperable debido a la mala situación económica. Hace tres años las hipotecas baratas llamaron a muchos que hoy lo están pagando con creces.