Los buzos del longueirón pasarán de 200 a una inmersión por jornada

CARBALLO

05 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

A partir de hoy, los más de 200 buceadores que recogen longueirón en la Costa da Morte y Barbanza podrán cambiar de forma drástica sus condiciones de trabajo. Un submarinista realiza una media de entre 150 y 200 inmersiones por jornada. Hasta ahora solo podían recoger los bivalvos en apnea y en cada zambullida suelen sacar uno o dos ejemplares.

El viernes, el Diario Oficial de Galicia publicó una orden a la Consellería de Pesca en la que modifica las condiciones de los planes de explotación en los casos de A Pobra; Camariñas y Muxía; Carreira-Aguiño y Ribeira; Fisterra Corcubión y Lira, Laxe y Corme; Muros; Palmeira; Porto do Son, Portosín, Noia y Muros, y Ribeira. En todos estos lugares los buceadores podrán trabajar con suministro de aire desde la superficie, algo que el sector lleva reclamando desde hace más de tres años. Los afectados recibieron con satisfacción la noticia, al igual que las cofradías, sobre todo porque el submarinismo en apnea es un trabajo muy penoso, que provoca importantes problemas de salud.

A pesar de que la orden entró en vigor el sábado, no será hasta hoy cuando las cofradías y agrupaciones puedan hacer las gestiones, porque el cambio implica la elaboración de un plan de control que permita evaluar los medios y las medidas empleadas, con el fin de vigilar la situación del recurso.

En principio la nueva norma no modifica el cupo diario por mariscador, que varía en toda la zona y que incluso cambia dependiendo de la demanda y los precios que alcanza este producto, cuya media el año pasado rondó los 12 euros el kilo.

Lo que sí se modificarán son las condiciones laborales. Paco Caamaño, de la cooperativa de Fisterra, explicó que los buceadores pasan una media de entre dos y tres horas en el agua para conseguir los 20 kilos que tienen estipulados como máximo, aunque ahora recogen la mitad. Además deben sumergirse una media de 200 veces, con lo que implica sobre todo para los oídos, que debido a la presión es la parte que más sufre. Ahora solo tendrán que bajar una vez, lo que supone realizar una única descompresión.

Erizo

La mayor parte de los buceadores de la zona podrán comenzar a trabajar con suministro de aire desde la superficie sin problemas y de forma casi inmediata. Muchos de ellos tienen también autorización para el erizo, que sí se extrae con compresores, por lo que ya cuentan con el material y la documentación necesaria. Los que no hayan realizado el curso y no tengan los aparatos necesarios tendrán que asistir a clase, puesto que no podrán trabajar sin el correspondiente título.

La obligación de mariscar en apnea provocó que muchos desistieran de extraer ese recurso. Sucedió en la ría de Corme y Laxe, donde el longueirón se encuentra a más de 10 metros de profundidad.

A pesar de las dificultades, en las lonjas de la Costa da Morte y Barbanza se han comercializado en lo que va de año más de once toneladas de longueirón y navaja, que han reportado cerca de 150.000 euros a los mariscadores, aunque no todas las zonas se encuentran abiertas. En Camariñas y Muxía no trabajarán hasta julio y en Porto do Son, Portosín, Noia y Muros abrirán la zona el próximo mes. Además, en Carreira-Aguiño y Ribeira, los mariscadores llevan menos de un mes trabajando, ya que hubo veda hasta abril.

A lo largo del pasado año, en las lonjas de Aguiño, Laxe, Muros, Ribeira, A Pobra, Fisterra, Muxía, Porto do Son, Camariñas y Corme se comercializaron más de 80 toneladas de navaja y longueirón, que alcanzaron en primera venta un valor de cerca de un millón de euros. Fisterra fue la lonja que vendió mayor cantidad de longueirón, con un total de 23.869 kilos. El patrón mayor, José Manuel Martínez Escarís, expresó su satisfacción por el cambio realizado por la Consellería de Pesca, ya que facilita la labor de los mariscadores, aunque recalcó que habrá que ser más estricto con los topes y las tallas para preservar el recurso.

La rula de Aguiño fue la que vendió el año pasado más navaja de la zona, puesto que se comercializaron un total de 16.485 kilos de este molusco, la mitad del que se capturó en la zona.