«El glaucoma no se puede prevenir, pero sí sus daños»

A CORUÑA CIUDAD

Cordido hablará hoy en A Coruña sobre una enfermedad que es ya la segunda causa de ceguera

29 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Manuel Cordido (A Coruña, 1956) es oftalmólogo del Hospital Juan Canalejo. Esta tarde, a las 19.00, horas en el centro cívico de Monelos (A Coruña), ofrece una charla sobre el glaucoma.

-¿Una enfermedad desconocida?

-Cada vez menos, a mí cada vez me piden más que les tome la presión intraocular. Su aumento puede producir daños en el nervio óptico.

-¿Y por qué sube?

-Siempre se está formando líquido dentro del ojo, el humor acuoso, y lo habitual es que haya problemas en la salida. Se acumula y ejerce presión sobre la zona más débil, el nervio óptico. Es importante decir que no todo el que tiene la tensión ocular elevada va a padecer glaucoma.

-¿Y no se puede evitar que suba la tensión?

-No, no hay una actitud, una dieta o un tratamiento, como en otras enfermedades, para evitar que aumente la presión. Hay factores genéticos y otros que pueden incidir, pero la causa final no es totalmente conocida. Y tampoco se sabe por qué a unas personas les afecta más que a otras esa tensión ocular.

-Es decir, el glaucoma no se puede prevenir.

-No se puede prevenir su aparición, pero sí los daños o lesiones, o al menos se pueden retardar o frenar. -Pero el 50% de los pacientes no saben ni que están enfermos.

-Eso sucede porque no da síntomas, no duele y no se pierde visión de inmediato. De ahí la importancia de los controles periódicos. -¿Cada cuánto? -Debería hacerse un control oftalmológico completo hacia los 40 años, no sólo de la presión, y repetirlo cada dos-cuatro años hasta los 60. A partir de ahí, cada uno o dos años. -¿Hay grupos de riesgo? -Los controles tienen que ser rigurosos en personas de más de 60 años, las que tengan antecedentes familiares, sean de origen africano, tengan la presión intraocular alta y los que necesitan colirios con cortisona. -¿Cuál es el tratamiento? -Aunque es una causa importante de ceguera en el adulto, se trata de una ceguera prevenible o retrasable en la mayoría de los casos. El tratamiento debe ajustarse a cada paciente y el más frecuente es farmacológico. El seguimiento correcto, que el paciente se ponga las gotas de una a tres veces al día, es muy importante. Además, también existe la alternativa del láser o la cirugía, en ambos casos para abrir una vía de drenaje y facilitar la salida del líquido. Creemos que el tratamiento para el glaucoma puede cambiar radicalmente en una década, porque se investiga en nuevos fármacos neuroprotectores.