«El cáncer fue una lección de vida»

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Carmela queijeiro

Hace cinco años le detectaron a Lorena Sueiro un tumor de mama, quien ahora lanza un mensaje de optimismo

19 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tenía 31 años cuando le detectaron un tumor en el pecho y, aunque no fue un camino de rosas, Lorena Sueiro Pérez aprovecha el Día Mundial del Cáncer de Mama para lanzar un mensaje de optimismo. La ribeirense cuenta su historia sin paños calientes porque «es duro», pero «fue una lección de vida», afirma cargada de una positividad contagiosa y una sonrisa perenne en la cara.

Su diagnóstico no fue fácil. Recuerda que eran las fiestas de agosto en Santa Uxía y cuando se iba a duchar detectó un pequeño bulto en el pecho derecho. «Estaba muy delgada y eso me vino bien, porque de lo contrario no lo habría notado», indica. Al día siguiente, se presentó en urgencias. La punción, sin embargo, salió limpia y pasó un mes hasta que le hicieron su primera mamografía. «Ya tenía infectado el ganglio de la axila, porque cuanto más joven eres más agresivo suele ser», señala.

Hoy echa la vista atrás y siente cierto vértigo al recordar todo lo que vino después. «En cinco años se ha avanzado mucho en cuanto a la detección precoz y ahora ya hay una vía rápida en Barbanza, como la que había en Santiago, en donde me trataron, que te evita esas semanas de incertidumbre», destaca. Luego, llegó todo seguido: primero la quimioterapia, después la radio y, al acabarla, le extirparon el otro pecho y los ovarios porque tenía antecedentes en la familia y se trataba de un cáncer con carga genética.

«Quitarme los ovarios fue la decisión más difícil que tomé en mi vida», asegura la barbanzana, que convive con la menopausia y los cambios de humor, sofocos y sequedad vaginal que eso conlleva siendo una treintañera. Quedarse sin pelo fue para ella otro de los peores tragos y, sobre todo, el tener que explicarle a su hijo que iba a quedarse calva.

Lorena Sueiro es capaz de contar entre risas que pasó por todos los tratamientos habidos y por haber, pero al hablar de cómo tuvo que gestionar la enfermedad con dos críos de 5 y 2 años se le quiebran las palabras. «Es complicado decirle a unos niños tan pequeños que tienes una enfermedad potencialmente mortal», admite. Ella optó por no hacerlo y simplemente explicó al mayor que iba a tomar una medicina que le iba a hacer quedarse sin pelo.

Un tema tabú

Esta administrativa, empleada en una asesoría, confiesa que a día de hoy en su casa no se suele decir la palabra cáncer por los pequeños. Y fuera de ella, «hablar de la enfermedad es muy difícil, porque la gente no quiere escuchar que puedes morir», añade. Sin embargo, el cáncer acabó siendo para ella una lección de vida.

Cuando le extirparon el tumor se vio en la encrucijada de decidir si vivir como una persona sana o como una enferma y, aunque hubo días malos, optó por la primera opción. «Pasar por algo así marca un antes y un después para cualquier persona y yo cambié al 100%. Me he dado cuenta que soy capaz de hacer cosas que creía que no podría, aprendes a crecer ante la adversidad y, a pesar de que tienes días de mal humor en los que te cabreas con el mundo o te preguntas por qué a ti, una vez que tocas fondo solo puedes subir», asegura.

Aunque no se ha pasado al lado espartano de la vida sana, Lorena Sueiro empezó a cuidar la alimentación y hacer zumba porque «tengo que estar fuerte», dice. Una de las cosas que más reforzaron su autoestima fue el tatuarse el seno que perdió de manos de un artista compostelano que ofrece el servicio gratuitamente.

La barbanzana, que se deshace en halagos al trato y atención recibida en el área oncológica del Chus, tiene previsto volver a pasar por quirófano para un recambio de prótesis. «Es una opción mía, por estética, lo importante es que ya no estoy enferma», apunta. «Es cierto que el cáncer de mama no es una sonrisa y un pañuelo rosa como intentan hacer ver, pero de esto se sale», sentencia.

El reto del espejo. Aunque Lorena Sueiro nunca le dio mucha importancia a sus pechos, reconoce que una mastectomía puede llegar a minar la autoestima de una mujer. Todavía no se ha reconciliado con el espejo, pero asegura que el tatuaje de seno fue una ayuda. En Galicia hay tres centros que lo hacen y se puede encontrar más información en https://www.facebook.com/tatuajesolidario/.