Las asociaciones personalizan las calles de la ciudad ribeirense

Ana Gerpe Varela
a. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Ambar, Amicos y A Creba han decorado con motivos navideños vías peatonales del casco urbano y el Malecón

08 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Grandes ángeles algodonados, campanas, bolas de colores, estrellas que cuelgan de las fachadas, árboles decorados, paquetes de regalos, campanas, velas y el clásico Papá Noel forman, desde hoy, parte del paisaje navideño del casco urbano de Ribeira. Calles peatonales como Galicia y Ramón y Cajal, la plaza Compostela y el Malecón, entre otros puntos, se han vestido de Navidad de la mano de las asociaciones Ambar, Amicos y A Creba.

Durante la mañana, sus miembros se afanaron en la colocación de los adornos primorosamente elaborados en los talleres ocupacionales que se imparten en cada una de estas entidades, de tal forma que, por la tarde, la ciudad lucía un aspecto netamente navideño.

Para la realización de estos trabajos, los integrantes de las tres asociaciones contaron con la colaboración de miembros del Grumir.

Esta es la primera ocasión en la que estas entidades, dedicadas a favorecer la reinserción de personas con diversidad funcional, colaboran en el adorno de las calles. Con esta iniciativa, el Concello pretende involucrar a distintos colectivos en aspectos relacionados con estas fiestas. En esta misma línea cabe incluir el belén itinerante que comenzará a funcionar este año. El primer lugar elegido para su ubicación es Aguiño y, también en este caso, la colaboración ciudadana es imprescindible.

Trabajo realizado

Al mismo tiempo, los elementos decorativos instalados en las calles permiten a los ciudadanos ver la actividad que diariamente desarrollan los usuarios de estos talleres y comprobar la diversidad de elementos que son capaces de preparar. Se emplean todo tipo de materiales y nada escapa a la imaginación de monitores y alumnos.

Una vez más, los pequeños que ayer paseaban por las calles se convirtieron en los principales espectadores de la decoración. Un crío acompañado de su abuela le indicaba: «Mira cuantas estrellas». Farolas, macetas y hasta las propias aceras son los lugares elegidos para colocar la ornamentación.