Las figuras del nacimiento de Ribeira lucen nueva imagen

A. Gerpe, M. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Usuarios de la unidad de drogas repararon los elementos deteriorados

07 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Ni con el 24 de diciembre ni con el 25, las Navidades comienzan oficialmente, al menos parte de su espíritu, con el encendido de la iluminación pública y la inauguración de los belenes municipales. Desde ayer, Ribeira está ya formalmente vestida de Navidad, con sus más de doscientos arcos llenando de magia las calles y con su gigantesco pino siendo objeto de objetivo fotográfico entre niños y mayores. Sin duda, uno de los elementos que siempre cautiva miradas es el nacimiento y, este año, el de Ribeira ha experimentado una importante puesta a punto.

El belén ribeirense tiene, nada menos, que 1.100 figuras y, de tanto montaje y desmontaje, algunas, que adornan la composición desde hace unos tres lustros, se encontraban ligeramente dañadas y necesitaban algunos arreglillos.

Fueron una decena de asistentes al curso de carpintería y restauración que imparte en la Unidad Asistencial de Drogodependencias (UAD) Manuel Casais, los encargados de dejar como nuevas las piezas, para que luzcan en el belén que ayer por la noche se inauguró oficialmente.

Ocho jornadas

El trabajo de recomposición se desarrolló durante ocho jornadas, en las que los usuarios de la UAD invirtieron, debidamente asesorados, más de un centenar de horas de trabajo.

Del montaje del nacimiento, que comenzó el pasado sábado, se encargaron, entre otros, miembros del área de Parques y Jardines. Este tradicional elemento navideño está instalado junto a la iglesia ribeirense.

Además del clásico belén, este año el Concello, con el patrocinio de la empresa conservera Frinsa, también ha colocado un pino en la plaza de la casa consistorial. La inauguración oficial del alumbrado tuvo lugar ayer a las siete de la tarde en medio de una gran expectación ciudadana.

Un nutrido grupo de vecinos acudieron a la plaza del Concello para asistir, en primera fila, al encendido oficial. Cuando los arcos se convirtieron en luz, en las calles se escuchó un sonoro grito de júbilo acompañado de aplausos.

Presenciando el espectáculo también estaban el presidente de Frinsa, Ramiro Carregal, y el alcalde de Ribeira, Manuel Ruiz, acompañado de un nutrido grupo de concejales, alguno de ellos con sus hijos o nietas.

La comitiva se desplazó después a la plaza de la iglesia para ver el belén. Apostados frente a los cristales, los niños examinaban cada una de las figuras. Entre los primeros objetivos, buscar a los Reyes Magos. Sin embargo, en el camino hacia el ficticio desierto muchos otros elementos captaban su interés, que si el gran lago en el que cae el agua en forma de cascada, los pastores o las mujeres que se acercan al río. Los pequeños observaban cada detalle y rodearon la instalación para no dejarse nada atrás.

En una noche que invitaba a pasear, numerosos ribeirenses participaron del estreno oficial de la Navidad.