El incendio se declaró en un BMW que estaba aparcado en el garaje
14 nov 2011 . Actualizado a las 10:16 h.Los servicios de emergencias de Ribeira vivieron una noche ajetreada entre el sábado y el domingo. Por si el fuerte temporal no fuera motivo suficiente para estar alerta y atender las incidencias que se multiplicaron por el municipio, todas ellas de escasa importancia, a las dos de la madrugada de recibían el aviso de un incendio en el garaje del edificio Fontán, situado en una urbanización de O Touro. Nada más llegar, las fuerzas que intervinieron en el operativo evacuaron el inmueble, ya que la humareda subía por la fachada y por los conductos de liberación de gases de todo el edificio, de hecho, un matrimonio y su hija de seis años tuvieron que ser trasladados al Hospital do Barbanza ya que, aparentemente, sufrían una intoxicación leve.
Según parece, el fuego se declaró en un BMW que estaba aparcado en el garaje del edificio. A consecuencia de las altas temperaturas que se registraron en el aparcamiento, los tubos de aireación del párking se vinieron abajo y cayeron sobre los demás vehículos que permanecían estacionados en las proximidades del siniestrado. Además de los daños causados por la estructura de tubos, los automóviles acabaron cubiertos por una gruesa capa de ceniza y espuma utilizada en la extinción del fuego.
Dos horas de trabajo
Los equipos de emergencias comprobaron que además de los daños que la deflagración estaba causando en el garaje, se corría el riesgo de que el humo entrara en las viviendas que están situadas justo encima del punto de ignición, por lo que decidieron desalojar a las familias que pernoctaban en las plantas superiores. A continuación procedieron a airear los pisos y se dio por resuelto el incidente sobre las cuatro de la madrugada, hora a la que aquellos vecinos que quisieron pudieron acceder a sus casas.
Al lugar del suceso se trasladaron tantos el Grumir de Ribeira, como los bomberos del parque situado en Xarás, la Policía Local ribeirense y también agentes de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, institución esta última que investiga las causas del siniestro.
Ya durante el día de ayer, personas residentes en los bloques colindantes al afectado por el incendio aseguraron que se despertaron por la mañana con sus camas llenas de ceniza y un fuerte olor a humo que les provocaba picores en los ojos y garganta y dolor de cabeza. No obstante, reconocían la suerte que habían tenido tanto ellos como la mayor parte de los propietarios de las viviendas, dado que la gran mayoría son familias que tienen en la urbanización su segunda residencia o pisos de alquiler veraniego.