«No hacemos ruido, el monte está limpio y lo respetamos»

La Voz

BARBANZA

19 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los campistas de Baroña no estaban ayer para muchas bromas. La presencia de los trabajadores de la Xunta y de los uniformes del Seprona no acabaron de ser entendidas y las corrillos se sucedían entre los ocupantes de las tiendas que todavía quedaban en los montes. Los argumentos expuestos por algunos de los afectados, que siempre defendieron su derecho a permanecer en el anonimato, eran dispares, e incluso algunos mantenían una coherencia vinculada a la higiene del lugar que casaba con el aspecto de la parcela de terreno que ocupaban.

«No hacemos ruido, el monte está limpio y lo respetamos», indicaba alguno refrendado por sus compañeros de tienda. Y la verdad es que no les faltaba razón, ya que el perímetro del asentamiento que levantaron destacaba por ser un espacio pulcro y cuidado. Pero eran los mismos interlocutores los que también reconocían que a veces no todos mantienen idéntica disciplina a la hora de mantener en las mejores condiciones el medio.

«Algunos chicos sí que vienen y dejan todo un poco mal, pero son una minoría. Lo normal es que todo mantenga un orden y se respete el silencio a ciertas horas», es otro de los argumentos expuestos sobre el terreno.

Dos perfiles de turistas

La parte del discurso en la que los campistas muestran más vehemencia se centra en la diferenciación que ellos mismos quieren establecer a la hora de valorar los dos perfiles de turistas que visitan el castro y se asientan en su perímetro.

Para todos los campistas consultados el problema que existe en el yacimiento es responsabilidad de los visitantes que lo recorren en un día, tal y como expresa uno de ellos: «Nosotros no tenemos nada que ver con el deterioro. Somos los que más concienciados estamos, ya que al pasar unos días el apego que tenemos es mucho mayor». Y la verdad es que sobre el terreno, la moda de levantar figuras con piedras del castro, se puede comprobar que es responsabilidad, por lo visto ayer, de los que llegan, visitan y se van.