El avance que metió a Santiago en el XXI

La Voz

SANTIAGO

01 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Integrado por dos subsistemas (localizador y senda de descenso), el ILS es un instrumento de ayuda a la aproximación y el aterrizaje que, emitiendo desde el suelo hacia el cielo señales radioeléctricas, guía con precisión, tanto lateral como verticalmente, a los pilotos para que tomen tierra en condiciones de mal tiempo. Los de categoría I permiten, en casos de nieblas o nubes bajas, operaciones sin visibilidad hasta los 60 metros de altura con visión horizontal de 800. Los de clase II reducen esos requisitos de distancia, respectivamente, hasta 30 y 366, mientras que los denominados II/III los dejan en 0 y 213. Hasta septiembre del 2001, Lavacolla disponía del primero y al año se frustraban unos 170 vuelos.