La pérdida de población que desde hace años padece la comarca tiene otro efecto negativo: el envejecimiento, que continúa su línea ascendente. Es especialmente acusado en términos como Carnota, Lousame o Mazaricos.
Según la proyección estimativa del Instituto Galego de Estatística, en el 2017 el 22% de la población de la comarca tendrá más de 70 años. La suma de habitantes que superen esta edad rebasará las 20.000 personas.
Cabe señalar que, en los últimos años, únicamente municipios como Boiro o Ribeira registran saldos poblacionales positivos. Es decir, la cifra de personas que nacen es superior a la de los vecinos que mueren.
La avanzada edad de los residentes y el escaso número de jóvenes constituye un problema porque no hay recambio generacional y se lastran las posibilidades de futuro de las localidades afectadas.
Servicios atractivos
En Lousame, por ejemplo, intentan atraer a parejas jóvenes mediante la implantación de servicios que ayuden a facilitar la vida laboral y familiar. Entre estos se encuentra una prestación por la que los padres que trabajan pueden dejar a sus hijos al cuidado de profesionales especializados y son estos quienes se encargan de llevarlos a clase cuando llega la hora. Esta prestación tiene otro aliciente, y es que, entre otras cosas, los niños aprenden inglés.
Por su parte, términos como Outes han habilitado en cada parroquia centros socioculturales pensados para mayores.