«El éxito de un deportista no reside en el hecho de ganar, sino en intentarlo»

María Xosé Blanco Giráldez
M. X. Blanco RIBEIRA/LA VOZ.

BARBANZA

El boirense considera que el aspecto psicológico es fundamental para mejorar el rendimiento y superar objetivos

15 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.

Es conocido como el David Meca de Barbanza, y no es para menos, pues Juancho Armental se ha paseado en incontables ocasiones por las aguas de la ría arousana superando con éxito retos tales como cubrir a nado los 22 kilómetros que separan la isla de Sálvora del arenal de Barraña. Pero, pese a que ahora se mueve como pez en el agua, su pasado estuvo vinculado a otro deporte bien distinto, el fútbol. Una lesión truncó un futuro que parecía prometedor y el boirense enfocó sus conocimientos y su experiencia hacia otra área, la de asesorar a empresas y deportistas sobre cómo mejorar su rendimiento. Ahora compagina esta profesión con la natación en mar abierto, aunque por su cabeza pululan ya nuevas aventuras.

El contacto de Juancho Armental con el mundo del deporte comenzó cuando era solo un niño y, como tantos otros, se animó a darle patadas a un balón. Tan bien se le dio el fútbol que con 17 años ya era jugador profesional en el Compostela. Cuando estaba en su mejor momento, un contratiempo se interpuso en su carrera: «Desde mi primera operación, con 18 años, mi rendimiento bajó y nunca pude recuperar el nivel que tenía». Fue por ello que, tras un tiempo recorriendo diversos equipos de Galicia, hace diez años, cuanto contaba con 26, abandonó el fútbol a nivel profesional.

Quizás fueron las lesiones y su lucha constante por recuperar la forma, las que llevaron a Armental a orientar después su carrera hacia el asesoramiento: «Siempre me gustó el tema del rendimiento. Estudié Psicología para poder aumentar el mío como futbolista y, con el tiempo, me di cuenta de que podía contribuir a que el resto de la gente también incrementara el suyo». De hecho, el boirense estuvo durante seis años desempeñando esta función en el Celta de Vigo: «Fue una etapa que marcó mi carrera profesional. Por ello, le estoy muy agradecido al club, pero las circunstancias económicas del equipo me hicieron encaminar mis pasos hacia otro lado».

Progreso rápido

Juancho optó entonces por alejarse del mundo del fútbol, montando en Barbanza una consultoría de recursos humanos y rendimiento. Pero, como el boirense lleva el deporte en la sangre, tuvo que buscar una afición que le permitiera practicar una actividad física pese a sus lesiones de rodilla. Fue entonces cuando se topó con la natación: «Solo había practicado este deporte de niño, pero hace cinco años me metí de lleno y empecé a marcarme retos». Y tal fue su lucha y progreso que, hace unos meses, cubrió en siete horas y media los 22 kilómetros que separan Sálvora y Barraña: «Logré demostrar que el aspecto psicológico condiciona las actitudes de una persona. Estoy convencido de que la mayoría de la gente está capacitada para hacer más cosas de las que piensa. Hay que luchar contra los imposibles».

Pese a ser consciente de que en el competitivo mundo del deporte, ser el número uno o estar entre los mejores es fundamental, Juancho considera que cada persona debe conocer sus limitaciones: «El éxito de un deportista no reside en el hecho de ganar, sino en intentarlo. Debe poner todo de su parte para alcanzar el objetivo fijado». Pero este todo al que alude el boirense tiene sus límites, una frontera que muchos no dudan en cruzar para llegar a lo más alto: «El dopaje es una auténtica lacra para el deporte. No logro entender qué se le pasa por la cabeza a un deportista para recurrir a este tipo de sustancias».

Armental ha seguido de cerca los últimos casos de dopaje que han salido a la luz, pero considera que no es un método tan habitual como puede parecer: «Conozco a muchos deportistas y estoy muy vinculado a este mundo pero, pese a ello, no sabría como llegar a personas que me pudieran facilitar sustancias dopantes. Está claro que el dopaje es el método más sencillo para alcanzar retos pero, el que recurre a estas sustancias debe plantearse que, o se ha marcado objetivos demasiado ambiciosos o no está dispuesto a pasar por el proceso, en cuanto a esfuerzo y horas de entrenamiento, que siguen sus competidores».

Retos, un antídoto

Él, por supuesto, defiende un panorama ideal completamente distinto: «El espíritu que ilusiona al espectador es ver a la gente que, para alcanzar determinados logros, se esfuerza al máximo». A nivel empresarial, otro de sus campos de trabajo, Armental tiene claro que lo primordial son los trabajadores: «El gran recurso de las empresas son las personas y, para que rindan, tienen que ser felices en el trabajo. El antídoto ante la falta de rendimiento es el planteamiento de retos».

La teoría de Juancho Armental puede parecer un poco estresante, pero también para esto tiene un antídoto en forma de topónimo, Cabo de Cruz: «Mi rincón preferido es la zona de Carragueiros porque, tanto la casa de mis abuelos que está allí como la playa son lugares que asocio con la tranquilidad, sitios paradisíacos que me permiten desconectar».