El plan de dragado de la ría de Noia aconseja adoptar medidas para proteger la calidad del agua durante las obras

V. Lagares

A CORUÑA CIUDAD

13 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El estudio de impacto ambiental de la regeneración de la ría de Noia, que está a exposición pública tanto en el Concello noiés como en la sede de Costas del Estado, en A Coruña, aconseja poner en marcha una serie de medidas que tienen por objeto minimizar las afecciones que la extracción de fangos del fondo marino y la retirada de la escollera puedan causar en la calidad del agua de la zona. En este sentido, la empresa Hitma, que se encargó de llevar a cabo la redacción del proyecto, deja claro que «se debe minimizar al máximo» la suspensión de materiales en el agua una vez que las máquinas estén realizando los trabajos. La finalidad de todo ello es que la variación en la calidad del líquido no afecte a los ricos bancos marisqueros que hay en la zona.

La primera de las prácticas que recomiendan poner en marcha los técnicos que se encargaron de la elaboración del estudio de impacto ambiental es instalar una cortina anti turbidez en las inmediaciones de la zona en la que se van a realizar las actuaciones. ¿Para qué? Para prevenir que las pequeñas partículas procedentes del movimiento de los fangos se dispersen por el entorno marítimo. Con el fin de que este sistema de prevención funcione correctamente, los trabajadores colocarán la cortina «de forma que rodee el frente de la obra», tal y como se puede leer en el informe. De esta manera, evitará que la tierra procedente de las excavaciones en el limo y de la retirada de los muros de piedra se propague por toda la ría.

Asimismo, los técnicos dejan claro que las labores de regeneración de la ría de Noia se deben llevar a cabo desde tierra -el malecón de Gasset y el muelle do Marqués son los lugares desde los que trabajarán las máquinas para extraer los 10.000 metros cuadrados de limo de la zona urbana- y con la marea baja. Es más, el estudio de impacto ambiental aconseja a los obreros efectuar los trabajos «con el terreno descubierto y nunca con más de 20 centímetros de agua».

Aunque se confía que la sedimentación de las partículas en suspensión que generen con los movimientos no afecten a los bancos marisqueros, lo cierto es que el estudio deja claro que en caso de que «la sedimentación se esté produciendo en zonas alejadas del área de trabajo se parará el dragado» de manera temporal y hasta que esa situación se corrija.

Escasas afecciones

Pese a las medidas preventivas que los técnicos aconsejan llevar a cabo durante el período que las máquinas excavadoras se encuentren sacando toneladas y toneladas de fango de la ría, el estudio es claro al respecto: no se espera, a pesar de la reducida velocidad con la que las pequeñas partículas llegan al fondo, que estas se depositen a distancias alejadas del área de actuación.

«Una vez realizado el estudio hidrodinámico y de dispersión de finos, se ha observado que, debido a la escasez de calado que hay en la zona de Noia, los materiales puestos en suspensión por la demolición de diques se depositarán a distancias cortas de la obra».