La ley ganó la batalla a la tradición

Xoán R. Alvite

BARBANZA

Lasa exigentes normativas que entraron en vigor en materia sanitaria provocaron el fin de las dos grandes ferias de venta de animales que se desarrollaban en la zona

22 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ya no hay ferias de ganado en la comarca, al menos de forma periódica, como venía siendo habitual hasta hace tan solo una década. Las distintas normativas que sobre identificación, movimiento, bienestar animal y seguridad alimentaria se han ido publicando en los últimos años, motivadas por la aparición de enfermedades como la encefalopatía espongiforme bovina o mal de las vacas locas, la lengua azul o la peste porcina, han hecho desaparecer las tradicionales concentraciones de ganado bovino, ovino, avícola o porcino que se repartían por distintos puntos de los municipios incluidos en Barbanza, Muros y Noia.

Desde principios del siglo pasado y hasta hace unos años resultaba familiar la presencia de animales en las ferias y mercadillos locales. De hecho, en muchos de ellos, este tipo de transacciones representaban la mayor parte del movimiento comercial que se llevaba a cabo. Un ejemplo de ello era la feria de A Picota, en Mazaricos, la más importante de la zona en cuanto a la presencia de animales bovinos y la última en la que se pudo comprar una vaca o un ternero sin más papeleos, condiciones ni garantías que el dinero a tocateja y el clásico apretón de manos. Fue en 1985 cuando la modernización y profesionalización del sector empezó a desviar a los animales hacia otros mercados más importantes y cuando, a raíz de la incorporación de España a la Unión Europea, comenzaron a ponerse en marcha las primeras normativas sanitarias y a complicarse la posibilidad de continuar con la compra-venta de animales del mismo modo que se venía haciendo.

Otro tanto sucedió, aunque bastantes años después, con las ferias porcinas. La de Noia, una de las más importantes de todo el territorio barbanzano, continuó celebrándose, de hecho, hasta principios del año pasado, momento en el cual el ejecutivo decidió suspenderla debido a los sistemáticos incumplimientos de la normativa que implicaba su realización. Tenía lugar en el barrio de San Lázaro el primer y tercer domingo de cada mes y su suspensión no estuvo exenta de polémica.

A las quejas de los profesionales del sector se unieron las de los vendedores ambulantes que pedían la construcción de un recinto adecuado para continuar con las ventas y una moratoria en la decisión de suspenderla hasta que el referido espacio estuviese terminado. Del otro lado estaba el Concello de Noia, que debía dar una solución a las quejas formuladas por la Asociación de Defensa Sanitaria de Porcino Coruña Sur donde mostraban su preocupación «por el movimiento de animales de esta especie sin control con el consiguiente riesgo que ello conlleva para la seguridad de los consumidores».

Fin de la polémica

El asunto se cerró el 25 de enero del 2008 con la comunicación del, por entonces, teniente de alcalde Bieito González sobre la cancelación definitiva de la feria hasta la construcción de un recinto adaptado a las necesidades higiénico-sanitarias. Ello no impidió, a pesar de todo, que muchos productores siguiesen acudiendo por su cuenta y riesgo hasta la explanada de San Lázaro circunstancia esta que, incluso obligó a la intervención de la Guardia Civil el 1 junio de 2008, que levantó acta a varios ganaderos que, en teoría, acudían al lugar con la intención de vender sus animales.

A día de hoy no existe ningún proyecto en la zona, en fase avanzada, destinado a la construcción de un recinto ferial destinado a la celebración de mercados con animales. Los elevados costes de este tipo de infraestructuras hacen imposible que los municipios puedan asumir una inversión difícil de rentabilizar debido al poco peso que el sector ganadero tiene actualmente en la comarca. De esta opinión es el edil noiés Lino García, que apunta a un ámbito superior al municipal como única forma de conseguir un mercado de este tipo: «Dende Noia fixemos, no seu día, xestións para tentar a construción dun recinto ferial sen obter resposta. Parece evidente que o custe resulta inasumible para os concellos de xeito individual, polo que a única alternativa pasa por unha iniciativa comarcal».

Otro tanto apuntan desde el consistorio mazaricano, desde donde señalan a la actual estructura del sector ganadero como el principal problema para volver a realizar una feria de ganado periódica. «Tendo en conta a actividade do mercado de Amio ou da Lonxa Agropecuaria de Silleda, parece claro que os mercados locais terían pouco que pintar neste asunto», apuntan estos responsables locales.

La normativa europea sobre mercados, certámenes o concentraciones de animales permite, sin embargo, la celebración de ferias anuales o de eventos de los considerados tradicionales, caso del mercado de ganado caballar que tiene lugar en el San Marcos de Noia o la subasta de ganado frisón que viene celebrándose desde hace tres años en Mazaricos. Ambas citas tienen una afluencia de personas notable, aunque en sus últimas ediciones el éxito fue relativo, ya que la lluvia deslució la fiesta en Noia y en Mazaricos fue la grave situación que atraviesa el sector la que provocó que la subasta fuese menos animada que en años precedentes.