La Policía de Noia atribuye a un brote racista la paliza que cuatro jóvenes dieron a dos peruanos

Vanessa Lagares

BARBANZA

25 nov 2008 . Actualizado a las 13:31 h.

El fin de semana acabó de manera dramática para A. Z. C., de 41 años, y E. S. L., de 28, dos varones de nacionalidad peruana. Según su testimonio y de acuerdo con fuentes de la Policía Local de Noia que relacionan el hecho con un episodio racista, cuatro jóvenes de la zona se bajaron de un Citroën ZX y propinaron a los dos inmigrantes una paliza poco después de las ocho y media de la mañana del domingo en la rúa Pedra Sartaña, a la altura de la estación de autobuses.

Testigos de los hechos apuntan a que los heridos, residentes en Noia desde hace tres y un año, respectivamente, fueron asaltados por un grupo de jóvenes que se acercaron a ellos en un vehículo de color verde. En ese momento, los agresores, con los puños cerrados y a patadas, se abalanzaron sobre A.??Z.???C. y E.???S.???L. golpeándolos con saña por todo el cuerpo, pero sobre todo en la cabeza.

Los gritos de auxilio de las víctimas hicieron que los testigos, que presenciaron la agresión desde una ventana, avisaran a la Policía Local y a una ambulancia del 061, que se presentó en la zona minutos después.

Las víctimas, que solo pudieron protegerse de los golpes tapándose la cara con las manos, fueron trasladadas por la ambulancia hasta el centro de salud de la localidad, donde fueron atendidas de las contusiones que tenían, aunque uno de ellas, A.??Z??.?C., tuvo que ser trasladada al Hospital Universitario de Santiago. Presentaba un traumatismo en la zona nasal que necesitaba intervención quirúrgica, además de magulladuras en la cara y en otras zonas.

Por su parte, el otro afectado tenía dolores costales y una herida leve en el dedo pulgar, por lo que fue curado en el centro de atención primaria de la localidad noiesa.

Investigaciones policiales

Las primeras hipótesis de la investigación policial apuntan a que la paliza puede estar relacionada con cuestiones raciales, pero la Guardia Civil de la localidad, encargada de llevar a cabo las diligencias, maneja una segunda teoría, según la cual todo empezó en el bar de la estación, donde, al parecer, un grupo de peruanos piropearon a la novia de uno de los agresores, que se molestó por la acción. Animado por la presunta ingesta de alcohol, inició una pelea con ellos dentro del local. Pasado un tiempo, el agresor cogió su coche y dio un rodeo por la zona. Se encontró con los peruanos en la calle y aprovechó para acabar de ajustar cuentas.