Pese al zafarrancho de la depuradora de Ribeira, la Xunta pretende que la ría de Arousa esté completamente saneada en un plazo de dos años. A ello al menos se comprometió ayer el conselleiro de Medio Ambiente en Catoira. Así, el responsable autonómico espera que antes de que finalice el actual ejercicio puedan ser licitadas las futuras estaciones de O Grove, Ribadumia y Ribeira.
Una vez que las obras de Catoira están ya en marcha, Medio Ambiente tiene pendiente la construcción de otras cuatro depuradoras en la ría arousana, dos en la zona norte y dos en la sur. En los municipios de Barbanza, la Xunta construirá una planta en Corrubedo, que está a punto de licitarse, y otra en Ribeira, la que protagoniza la guerra con la consellería.
Al consello de la Xunta
Con financiación y anteproyecto cuentan también las estaciones que la Administración quiere construir en la comarca de O Salnés. Según explicó Vázquez, la de O Grove entrará en el consello de la Xunta para recibir el visto bueno antes de que termine el mes. La de Ribadumia, en cambio, sigue a la espera de que la mancomunidad ceda los terrenos necesarios para construirla.
Vázquez aseguró que su departamento está realizando «un esforzo sen precedentes» con el fin de acabar con los vertidos. Prueba de ello es que, en los últimos tres años, Medio Ambiente ha invertido 104 millones de euros en mejorar las infraestructuras hidráulicas de la ría. Para poder seguir trabajando, el conselleiro insistió en la necesidad de contar con la colaboración de los alcaldes de Barbanza y O Salnés.