«El coche tenía 145.894 kilómetros, y no los 76.250 con que lo compré»

Vanessa Lagares

BARBANZA

Un noiés se entera a través de la ITV de que su automóvil tenía casi el doble de kilómetros un año antes de que se lo vendieran

11 oct 2008 . Actualizado a las 02:18 h.

Una semana después de que se descubriera el fraude del trucaje en el cuentakilómetros de los coches, siguen apareciendo compradores estafados. Es el caso de Mario Amor García, un noiés que decidió invertir en calidad y comprar, en febrero del 2007, un Audi A4 Avant 1.9 TDI, para lo que contactó con un agente de Padrón. «En ese momento, la persona que me atendió me dijo que no disponía de ninguno, pero que en cuanto lo tuviera me avisaba», relata.

Días después, el agente llamó para avisarlo de que tenía uno en color gris con faros de xenón, paquete S-Line, llantas de 17, interior deportivo, y asientos, pomo y volante de cuero. Tras verlo y acordar el precio -19.500 euros, más de lo que le había dicho en un principio, porque «los extras hay que pagarlos»-, Mario se fue a casa con su Audi, «un coche de cinco años que tenía 76.250 kilómetros», aunque sin factura, la cual le «llegaría por correo días más tarde», según le detalló el agente.

«No pasaron muchos días en aparecer unos ruidos en el motor por lo que llevé el vehículo al taller acordado», explica. Después de un tiempo sin coche, los mecánicos le dijeron que el ruido era normal y que se fuera a su casa. Pero a las cinco semanas «un fallo en el caudalímetro dejaba al vehículo sin fuerza», por lo que tuvo que repetir el procedimiento. «Llamé al agente y me dijo que hasta dentro de ocho días no me podía atender porque tenía mucho trabajo. Además, tampoco me podía dejar ningún coche», aclara Mario.

«Estaba siempre en el taller»

Por si fuera poco, el propietario nunca recibió una señal de que dejaba el vehículo en el taller, «porque no pagaba las facturas», según le dijo el dueño. Y así ocurrió durante diez interminables meses: «Si no era por una cosa, era por otra, pero el automóvil estaba siempre en el taller», recuerda el estafado.

Pero, ¿cuál fue la gota que colmó el vaso? Como el vehículo no tenía pegatina de la ITV, Mario Amor decidió solicitarla a la estación de Valencia, donde había pasado la revisión. «Un año antes de que me lo vendieran, el coche tenía 145.894 kilómetros, y no los 76.250 con que lo compré. Me enteré, sin querer, de que el coche tenía casi el doble de kilómetros que cuando me lo habían vendido». Además de que «todos los extras eran originales de la marca», añade. Y fue ahí, harto de tantas reparaciones y aún sin factura, cuando decidió pedirle al agente que le devolviera el dinero, a lo cual este le respondió que no.

Con una denuncia de por medio y en el juzgado, el agente entregó la factura, pero «a nombre de una empresa de la que nunca se había hablado». De modo que será el juez el que determine si el responsable de lo sucedido es el agente o la empresa emisora de la factura.