Una empresa explotará la mina de San Finx que lleva inactiva 18 años

Sara Ares

BARBANZA

Los nuevos propietarios prevén que el complejo produzca 50.000 toneladas de material a partir del verano

13 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Un grupo empresarial de origen gallego, integrado por varias firmas vinculadas a los sectores de la cantería y de la pizarrería, ha adquirido las minas de San Finx, en el término municipal de Lousame, con el objetivo de que estas vuelvan a producir estaño y wolframio a partir de mediados del año que viene. La compra la confirmó ayer el alcalde de la localidad, Santiago Freire Abeijón, con quien los nuevos propietarios del yacimiento, que permanece inactivo desde 1990, ya han mantenido contactos para informarle de las principales características del proyecto industrial que van a implantar.

El mandatario comentó que el grupo se denomina Incremento y añadió que su oferta se impuso sobre otra que había de una sociedad portuguesa que también había mostrado interés por hacerse con la explotación.

La información que le transmitieron es que pretenden dedicar los seis primeros meses del 2008 a rehabilitar y reparar la maquinaria y las naves existentes, y sobre este particular le dijeron que la inversión económica iba a ser mayor de la que habían previsto inicialmente porque los equipamientos se encuentran, al parecer, en bastante mal estado. Para ejecutar estos trabajos de puesta a punto de la mina, cuentan con contratar a tres o cuatro operarios. A partir de junio o julio del año que viene es cuando esperan ya poder empezar a extraer wolframio y estaño.

Trabajadores

Teniendo en cuenta que en la actualidad el proceso industrial está mucho más mecanizado que hace unas décadas, los nuevos gerentes creen que la explotación, cuando se encuentre a pleno rendimiento, puede funcionar con una plantilla de entre 12 y 15 empleados.

Que los trámites avancen más o menos rápido va a depender, según declaró el alcalde lousamiano, de las gestiones que están haciendo con la Consellería de Innovación e Industria, y con Unión Fenosa, ya que necesitan poder hacer uso de una línea de media tensión. Lo más probable es que la conexión se haga con el tendido del núcleo de Silvarredonda.

Los propietarios del yacimientos se hallan inmersos, según manifestó Freire Abeijón, en la elaboración de un plan en el que deberán reflejar las medidas correctoras a aplicar para evitar el impacto medioambiental.

En cuanto a producción, los datos de los que dispone el ejecutivo municipal es que la empresa prevé extraer 50.000 toneladas brutas de material al año, cifra en la que irían incluidos el wolframio, el estaño y la fracción de rechazo.

Aprovechamiento

No obstante, los nuevos dueños de la explotación han hecho saber a las autoridades locales que pretenden sacar rentabilidad también a esos desechos áridos que no se clasifican como mineral. Su objetivo pasa por colocarlos en el mercado para que puedan ser utilizados como material de relleno en obras públicas, tales como el acondicionamiento de carreteras.

De hecho, en la última etapa en la que la mina de San Finx estuvo operativa, antes de 1990, parte de esos rechazos fueron empleados en la construcción del aeropuerto de Lavacolla. El resto pasó a formar parte de una escollera de enormes dimensiones que continúa en pie. Sobre esta última cuestión, Freire reveló que el grupo empresarial se propone eliminar progresivamente ese depósito para que la agresión ambiental sea menor.

Lo que no le desvelaron es la inversión que asumirán entre la compra de las instalaciones y su puesta a punto. En cambio, sí apuntaron que prevén ampliar el diámetro de las galerías donde extraerán el mineral para que puedan acceder a su interior medios mecanizados más modernos que los de antaño.