El endiablado vial de Catoira suma su cuarta muerte en cinco años

a. gerpe, s. luaña, s. gonzález RIBEIRA, VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

La carretera hacia Caldas acumula once accidentes con víctimas este año

28 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Laura Muñiz, la joven de Boiro que ayer perdió la vida en la carretera que une Catoira y Caldas, se convierte en la cuarta víctima mortal que la EP-8001 registra desde el 2005. El número de accidentes a lo largo de este período se eleva ya a 61, concentrados en un tramo que, pese a su corta longitud, 9 kilómetros, traza 30 curvas peligrosas.

Este año se contabilizan ya once siniestros de tráfico con heridos de diversa consideración, según los datos remitidos por la Jefatura Provincial de Tráfico de Pontevedra. En los percances se vieron involucradas un total de 17 personas, de las que tres sufrieron lesiones de carácter grave, una falleció ayer, y el resto, de tipo leve. De los nueve sucesos, siete se produjeron por velocidad inadecuada. Otro aconteció por distracción. Un tercero porque el conductor se saltó un stop. El penúltimo, ocurrido el miércoles, se había cerrado sin heridos.

El informe pone de relieve que los accidentes más frecuentes son las colisiones, generalmente frontolaterales, y las salidas de vía. El tramo en el que se han registrado más sucesos se encuentra el situado entre los puntos kilométricos 8,1 y 8,9.

La Diputación de Pontevedra, responsable del acceso, prevé realizar distintas mejoras, entre ellas la adaptación de la capa de rodadura. Los empresarios de Barbanza y O Salnés ambicionan, sin embargo, una actuación más decidida: la eliminación de curvas una vez que la Xunta asuma la titularidad de la vía. Pero el objetivo parece lejano. No solo porque la cesión de la carretera está parada desde hace un año, sino también porque la Consellería de Territorio sentenció esta semana que la vía no está entre sus prioridades.

El alcalde de Catoira, el socialista Alberto García, se mostraba ayer abatido. «É triste que teña que pasar isto para que en Santiago se decaten de que non pedimos as cousas por capricho», lamenta el regidor, que lleva diez años llamando a la puerta de la Xunta para que reforme el vial en profundidad.

«Levo dez anos pedindo melloras sen que me fagan caso, e agora sucede outra traxedia»

Alberto García