Con lágrimas en los ojos celebraba el jugador del Calasanz el gol con el que en la tarde de ayer sorprendía a todo un Real Madrid prácticamente en la última acción del partido. El empate a 1 entre ambos equipos fue la gran sorpresa de la jornada inaugural del Arousa Fútbol 7, cuya fase final irá cubriendo etapas hasta última tarde de mañana con la intención de demostrar un año más su condición de mejor torneo alevín del viejo continente.
Salvo las aguardadas goleadas del Borussia Dortmund, 8-0 al Quirinal, del Valencia, 4-0 al Ural, y del Espanyol, 7-1 al Conxo, la apertura del campeonato se movió entre la sorpresa y la extrema igualdad. En el saco de la primera, además del Real Madrid 1-1 Calasanz, hay que meter el 4-1 que el Sporting Gijón le endosó al Liverpool. Un equipo este que tras su decepcionante actuación en su estreno vilagarciano el año pasado, comienza a jugarse el quedar sin invitación al AF7 en futuras ediciones.
Abrió el torneo el vigente campeón. Un Inter de Milan que tuvo que trabajar lo suyo para doblegar 1-2 al Deportivo de A Coruña. El choque sirvió para ver a un conjunto italiano que compensa su pérdida de físico con una aparente mejora técnica respecto a su versión del 2010.
Idéntico resultado se registró en el encuentro de cierre de la primera jornada. En este caso, con el Barcelona superando a un Celta de Vigo que repite la imagen de colectivo serio y bien armado que mantiene en las últimas ediciones de la cita vilagarciana. El problema es que enfrente se topó con la enésima versión de lo que es capaz la fábrica de La Masía, con el africano Aboubakar Camara como su hombre desequilibrante, autor de los dos tantos del partido.
Por su parte, los japoneses del Cerezo Osaka no lograron pasar del empate sin goles con el Areosa, en un duelo de equipos atenazados llamado a decidir el acompañante del Valencia en los cuartos de final desde el Grupo D.