Animales

La Voz

AROUSA

12 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Abandonar a un animal es un acto repugnante. En primer lugar, porque no se trata de una tele vieja o de un sofá desvencijado. Es una vida. En segundo, porque el que lo hace causa un problema a todos. Los animales callejeros pueden llegar a ser peligrosos o transmitir enfermedades. Si además, la persona raja el cuello, en este caso de un perro, el acto es ya monstruoso. La mirada del can en la foto lo dice todo. Esperemos que el otro animal al menos se arrepienta.