Con este escenario como telón de fondo, está previsto que el día 31 de este mes se celebre una asamblea de la comunidad de montes en la que decidirán si se ceden esos terrenos o no. No será el primer intento, puesto que, según explica la plantilla, «a empresa xa fixo unha oferta anteriormente e os veciños non quixeron porque quedaba cerca das casas».
Ahora se ha propuesto una nueva ubicación buscando un lugar «o máis retirado posible das casas». Por eso esperan que esta vez los comuneros sí den su visto bueno al traslado de la planta. Al fin y al cabo, según recuerdan, buena parte de los trabajadores de Granitos Triturados son vecinos de San Lorenzo.
En caso de que finalmente consigan los terrenos, los trabajadores confían en que las Administraciones cumplan sus compromisos y que el traslado pueda acelerarse y acometerse antes de que las obras del nudo de Curro se lleven por delante su centro de trabajo.
Si no es así y tienen que ir al cierre, «intentaremos facer a máxima presión social e incluso tomar medidas legais contra a Administración», advierten los trabajadores. La empresa genera veinte puestos de trabajo directos.