El atropello de Vilaxoán reaviva la campaña de los amigos de Abalo

AROUSA

Los médicos no dan esperanzas sobre la recuperación de Renda, que podría quedar «como un vegetal»

21 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Parece el argumento de una película de mal gusto, pero es la realidad. Hace poco más de un año, Manuel Abalo y Guillermo Renda eran dos jóvenes vilagarcianos, trabajadores y deportistas, con un sinfín de sueños y proyectos por delante. Eran colegas, y una noche se hicieron una foto juntos. Pocos días después, un coche que circulaba a gran velocidad por la avenida de A Mariña atropelló a Abalo y lo dejó muerto en la calzada. La semana pasada, Guillermo Renda corría como todos los días para mantenerse en forma y conseguir así ingresar en la policía cuando otro turismo lo arrolló contra un muro en Vilaxoán. Mañana se cumplirá una semana del brutal accidente, y el joven sigue ingresado en el Xeral Cíes de Vigo, donde se debate entre la vida y la muerte.

Los amigos de Manuel Abalo, que hace un año pusieron en marcha una campaña para lograr el endurecimiento de las penas de los condenados por delitos de tráfico, difundieron entonces un cartel con sus reivindicaciones al que ahora han sumado a la nueva víctima, colocando la imagen en la que los dos jóvenes aparecían juntos y felices hace algo más de un año, sin sospechar que dos conductores imprudentes truncarían sus sueños.

Desafortunadas coincidencias

A Abalo y Renda les unían más cosas que la juventud, las ganas de vivir y la afición por los deportes, aunque de esas otras coincidencias nada sabían cuando se fotografiaron juntos. Pablo Bouzas, el joven que mató a Abalo, conducía a una velocidad excesiva por A Mariña y se dio a la fuga tras el accidente. Andrea Fernández, la muchacha de 19 años que circulaba en el Mini que arrolló a Renda iba también a más velocidad de la permitida, según indican tanto los vecinos de Vilaxoán que presenciaron el accidente como los allegados de la víctima.

Y en la avenida de A Mariña tardaron más de un año en colocar los pasos de peatones elevados prometidos días después de la muerte de Abalo. En el vial del puerto, se habían retirado las bandas rugosas para asfaltar la carretera. Pese al siniestro, ayer seguían sin reponerse.