Medio centenar de vecinos se concentraron ayer en Meis ante la visita de representantes de la Diputación de Pontevedra y de varios alcaldes de municipios afectados por las obras de desdoblamiento de la vía de O Salnés. Lo hicieron para exigir a la Xunta que, antes de que se inaugure este verano la autovía, se lleven a cabo una serie de obras complementarias cuyo coste cuantifican los técnicos de la Diputación en 1,5 millones de euros.
Rafael Louzán y José Juan Durán visitaron ayer los tramos más afectados por las obras en Meis, en compañía del alcalde de la localidad, José Luis Pérez, y de los regidores de Meaño, Sanxenxo y Ribadumia.
El presidente de la Diputación quiso aclarar que no iba a Meis a hacer una denuncia política, sino para apoyar una reivindicación que Louzán calificó de justa, ya que los vecinos «están a ter moita paciencia e levan soportando dous, tres e ata cinco meses con estradas pechadas, unha sinalización deficiente, inexistente, e importantes danos na drenaxe, entre outros moitos perigos que constitúen unha verdadeira falta de respecto».
A entender de los técnicos de la Diputación, queda pendiente la reposición de las carreteras provinciales de Meaño, Dena, Santo Tomé y la travesía de Meis a Armenteira, pasando por O Mosteiro y Barrantes. Consideran que en ellas «é preciso levar a cabo o fresado e pavimentación nos pasos, acometer a construcción da cuneta revestida, realizar a prolongación das beiravías, pintura e senalización, e establecer o reforzo dos firmes deteriorados pola obra».
Los trabajos también dejan pendientes actuaciones en los municipios afectados, donde faltan tuberías de drenaje, accesos, reposición de caminos, pasos inferiores y superiores y salidas de agua. Carencias que, en algunos casos, suponen «unha seria ameaza contra a seguridade dos usuarios destas vías».
En Pontevedra, Louzán dijo que la Diputación dispone de un aval de 350.000 euros para estos trabajos, pero la valoración de las necesidades en 1,5 millones lo hacen insuficiente.