«Xogámonos un soño e o celtismo ten que dar o primeiro paso»

El Celta vive una temporada muy diferente a la del año pasado. No ha habido semifinales ni alicientes extraordinarios. O esto último quizá sí, «según cómo se mire», dicen las peñas. Entienden que el equipo tiene serias opciones de clasificarse para Europa y que la afición tiene que ser la que impulse al equipo en esa lucha. Empezando por el Eibar en Balaídos, aunque el horario no sea el mejor ni la dinámica de un punto de los últimos nueve tampoco invite. «Tienen que sentir que estamos ahí», repiten. De ahí que hayan realizado una convocatoria para movilizar a la afición.

«Evidentemente si caemos se nos puede ir el tren. Tenemos que ayudar al equipo a reaccionar y por eso se opta por este llamamiento para vencer a la pereza del sábado a las 13.00», dice Cé Rodríguez, de Lío en Río. La idea es que la afición acceda al campo con tiempo y se haga sentir desde el primer momento. Los peñistas pretenden ser los que tiren del resto. «Queremos automotivarnos y motivar a la gente, algo de lo que quizá se tendría que encargar más el club y que intentamos hacer nosotros con estas iniciativas», comenta Dani Iglesias, de la Peña Natxo Insa.

A la necesidad de recuperar la senda del triunfo se suma para dar trascendencia al partido el hecho de que enfrente vaya a estar un rival directo. «Es un partido crucial. No diría que una final, porque seguirá quedando mucho por delante, pero es un equipo con el que estamos a la par y ganar sería un gran paso, mientras que lo contrario supondría descolgarse», indica Luis Suárez, de la Peña Afouteza. En la misma línea argumenta José Alonso, de Irmandiños: «Ganar no solo haría terminar una racha negativa sino que prácticamente nos pondría séptimos o cerca».

Javi Vaz, de Centolos, percibe que la hinchada celeste necesita un empujón, ya que tras «a euforia e a ledicia» de la pasada campaña, da la impresión de que un sector de la afición se ha desenganchado. «Agora é cando hai que tirar do carro. Animar cando as cousas van ben é sinxelo, o difícil é cando temos que remar», advierte. Está convencido de que el papel de la afición no es en absoluto secundario. «No fútbol todos os factores inflúen. Neste caso son dous equipos similares, e todo está estudado e traballado. O aspecto emocional pode ser chave e os xogadores teñen que sentirse arroupados».

Alonso es de la opinión de que «una buena afición no te hace conseguir por sí solas las cosas, pero sí que te da esos cinco o seis puntos a final de temporada que te dan o te quitan el objetivo», de ahí que incida en la importancia de movilizar a la hinchada. «Este año el celtismo está muy frío y el Celta saca menos puntos en casa. Si llenáramos Balaídos, de esos puntos contra Espanyol, Getafe o Girona, creo que no todos ellos se habrían escapado».

La idea primordial ahora es que los de mañana no vuelen del municipal vigués. «Venimos de tres partidos en los que había que puntuar y si perdemos les damos la vida a nuestros rivales. Llegará un momento que no nos lo podremos permitir», dice Rodríguez en referencia a la meta europea. Por eso han decidido «dar el primer paso, proponer esta iniciativa con la idea de que se una más gente».

De paso, quieren evitar cualquier tentación de mostrar malestar al equipo. «La gente se vuelve loca y al primer balón perdido por alguno de los jugadores señalados en los últimos días no sería raro escuchar silbidos», teme Iglesias. Aunque todos caen a veces en el desánimo, recuerda que son «los del 4 %», un grupo de incondicionales que si no falló en Segunda menos lo va hacer ahora y al que también pertenece Suárez: «Yo prefiero 14.000 que tiren del equipo que un estadio lleno y en silencio. Importa más la calidad», reivindica.

Lo que todos tienen claro es que lo importante es que los que acudan a Balaídos se hagan oír y lleven en volandas al conjunto, como subraya Vaz: «O equipo ten que saber que estamos aí. Nestes partidos, todos xuntos, xogámonos un soño e nós temos que dar o primeiro paso».