Fiesta laurentina en Cuba, con 250 invitados

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A MARIÑA

La Sociedad Hijos de Lourenzá en La Habana celebró su centenario con la mirada puesta en la tierra de origen

26 abr 2011 . Actualizado a las 11:07 h.

La Sociedad Hijos de Lourenzá en La Habana ponía el colofón a los actos de su centenario con la comida celebrada el domingo en las instalaciones de La Cecilia, a las que asistieron 250 personas. Entre ellas estaba una delegación del Concello, con su alcalde, Vidal Martínez-Sierra, al frente. Los demás eran emigrantes y sus descendientes. Según explicó el regidor, solamente doce de los presentes habían nacido en España y solo uno, Hilaria Rodríguez Rodríguez, era de Lourenzá.

Entre los invitados se encontraban también miembros de la directiva de la sociedad cuyo centenario se celebraba, con su presidenta, Josefina Rodríguez, a la cabeza; el presidente del Consejo de Residentes Españoles en Cuba, Antonio Fidalgo Dopaso; el presidente de la Federación de Asociaciones Gallegas en Cuba, Sergio Toledo Bueno y el presidente de la Sociedad de León y coordinador de los actos, Raúl Parado Iglesias.

Hubo entrega de diplomas y regalos y, sobre todo, hubo intercambio de sentimientos. Muchos aprovecharon para enviar saludos a sus familias, otros para buscar a sus parientes, otros para intentar encontrar documentación sobre si mismos. Es el caso de Maximino Ramón Barreira Ateijo, de 98 años, que no figura ni en Cuba ni en España. Según el alcalde, le contó que había nacido en Cuba, pero pasó en España desde 1914 a 1920. Su abuelo era Francisco Barreira Fernández, un capitán del ejército que vivió en una casa de Santo Tomé que se conoce como la Casa del Capitán.

El alcalde habló del libro que está preparando sobre la sociedad, cuya edición se retrasó, dijo, porque está reuniendo documentación para completarlo; precisamente ha aprovechado este viaje para recabarla. También tienen intención de restaurar y dedicar la escuela de Alaxe, una de las dos impulsadas por los emigrantes en Lourenzá, a centro de interpretación de la emigración. Ante el interés mostrado por la gente por visitar España se ofreció a indagar si hay programas para pagar los desplazamientos, pues para alojarse podrían adecuar algún lugar, como la escuela de Arroxo.