Asturias crea un nuevo tipo de faba, más resistente a las enfermedades

Dani Gayoso VALDÉS?/?LA VOZ.

A MARIÑA

03 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Servicio regional de investigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias ha conseguido crear una nueva clase de faba que pretende revolucionar el cultivo de esta legumbre. Han sido quince años de trabajo para, finalmente, conseguir una especie de faba a través del proceso de transferencia, es decir, sin usar técnicas que provocan la alteración natural del producto, nada de transgénicos.

Maximina, que así se llama la nueva clase, fue ayer presentada en un campo de Otur, en Valdés, ante la mirada de decenas de agricultores y productores, que pudieron comprobar en directo las ventajas de esta especie. Según el SERIDA, el uso de Maximina mejora en un 20% la producción habitual con respecto a otras clases, lo que supone un incremento de unos 2.500 kilos de fabas por cada hectárea cultivada. Además, pueden plantarse hasta 20 días antes que el resto y es mucho más resistente que otras clases. «La faba podría comercializarse en el año 2012, pero para ello tiene que haber empresas especializadas que se decidan a venderla. Ese es el problema, que no hay. El agricultor prefiere usar su semilla propia y no comprar una nueva, pero a la larga esto es peor», dijo Ferreira.

La nueva especie se dio a conocer en una actividad desarrollada en una tierra donde fueron plantadas diferentes clases de fabas, entre ellas la Maximina, y donde se pudo comprobar como esta última resiste mejor a enfermedades y plagas. En los últimos 15 años, el SERIDA ha desarrollado programas de mejora genética para minimizar algunos de los problemas que afectan a este cultivo en Asturias y lograr más rentabilidad.

Entre los problemas que surgen en estas cosechas destacan enfermedades como la antracnosis, el virus del mosaico común o el virus necrótico del mosaico común. Como resultado a estos trabajos se han obtenido variedades descendientes de la variedad comercial Andecha, que es la más habitual, dando lugar a la Maximina y también a la faba Sinara. Para cultivarla se necesitan menos pesticidas y más facilidades en el caso de optar para un modelo de agricultura sostenible.