Ataviados como auténticos cofrades, cada uno en representación de su entidad, varias decenas de niños de Viveiro recrearon ayer la primera de las dos jornadas de la llamada Semana Santa infantil. Esta curiosa escenificación lleva años celebrándose y, igual que ocurre con las procesiones de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional en 1988, ha ido cobrando más y más fuerza en los últimos tiempos. Los más pequeños esperan ansiosos a que pase la Semana Mayor para salir por las calles de la ciudad del Landro portando las andas y las imágenes, en una escenificación muy singular.
Animados por el buen tiempo, cientos de personas siguieron con enorme interés la actuación de los menores. Son la cantera de la futura Semana de Pasión de Viveiro y, desde pequeños, demuestran entusiasmo, sentimiento y buen hacer, en estos peculiares desfiles, que reproducen una parte de las celebraciones centrales, que tuvieron lugar hace justo una semana.
Si Viveiro se llena de vecinos y visitantes para contemplar de cerca la rica imaginería y el importantísimo patrimonio artístico de la Semana Santa, los más pequeños también llaman la atención del público. Padres y otros familiares ocuparon las primeras filas ayer para observar a los llevadores más jóvenes, que ya representan el futuro.