Ni los padres ni los profesores del colegio público de Ouro han recibido notificación oficial alguna por parte de la Consellería de Educación acerca del eventual cierre de la cocina del centro, cara al próximo curso. Ana María Rico, presidenta de la Asociación de Nais e Pais de Alumnos (Anpa), expresó ayer la preocupación existente: «Nadie nos ha dicho nada, Educación nos dice que lo más probable es que siga el profesorado y el comedor como hasta ahora. Sí que hay rumores de que van a estudiar, colegio por colegio, porque quieren reducir gasto, sobre todo en cocina».
Susana López, una de las tres profesoras del colegio Vicente Casabella (la docente de Religión se reparte entre esta escuela y otras), recalcó, por otro lado, que la matrícula actual es de nueve estudiantes, dos de 4 años, tres de segundo, uno de tercero y tres de cuarto de Primaria. Para el próximo curso está prevista la incorporación de otros dos escolares, lo que incrementaría el número de alumnos hasta 11. Aunque se trata de una escuela unitaria, los niños están distribuidos en dos aulas. «Temos habilitadas dúas unidades porque se pedíu permiso á Consellería de Educación para facelo», explica la enseñante. Para hoy está prevista una reunión entre representantes de la Consellería y de los sindicatos para abordar el futuro del servicio de comedor. Al parecer, las autoridades educativas pretenden suprimir la cocina y, por tanto, la plaza de cocinera, pero mantener el servicio de comedor, a través de un cátering. Los socialistas denuncian que esta medida, que afecta a siete centros de la provincia de Lugo, constituye un precedente cara al cierre de estos centros escolares. «Esta nova xogada de Feijoo eliminará servizos públicos fundamentais na zona rural», critican desde el PSOE provincial.