Más de 50 puestos y centenares de personas participaron ayer en el Mercado Tradicional de Cervo. La cita atrajo a más vendedores y más público que otros años gracias, al menos en parte, al magnífico día de sol. Los tenderetes de alimentación agotaron las existencias, según explicó Rafael Blas Fontán, presidente de la Asociación Cultural Airiños do Xunco, promotora del mercado, que cumple 13 años, y de la Queimada Popular de Cervo, que alcanzó anoche la edición número 31.
O Bruxo, protagonista de la queimada, se convirtió en uno de los atractivos del mercado y fue, sin duda, el más fotografiado por los turistas. Ataviado con la coraza de juncos y el gorro de paja de trigo y centeno, llamó la atención de los asistentes. También despertaron el interés de los presentes un grupo de jóvenes de Cervo que, haciéndose pasar por vendedores rumanos, liaron un pequeño altercado. A la ficción se sumaron los agentes de la Guardia Civil, reales, y la escena dio para risas, al tiempo que despistó a más de uno. Y a media tarde, Os Mecánicos animaron la fiesta con sus versiones de temas conocidos de los 60 y los 70 del siglo pasado.
Pero lo más esperado tardó algo más en llegar. Primero se apagaron las luces y la comitiva descendió desde las Escolas Vellas, para desembocar en la plaza do Souto. El miedo sirvió de argumento a la representación teatral de la Queimada Popular, para que disponían de 2.500 litros de aguardiente. Eso sí, en tiempos de crisis, no vale derrochar y solo iban a preparar la suficiente para atender la demanda que, con seguridad, fue mucha.