Muchos de los adinerados visitantes del salón suizo acuden a comprar carísimos coches con seis cifras en su precio y de paso darse algún capricho en forma de complemento o vehículo auxiliar para «adornar» su garaje. Ginebra es el salón de los excesos por excelencia, donde las rarezas imposibles se hacen rutinarias
15 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.