Ferrolanos muy lejos de la crisis de los cuarenta

César Toimil, Ángel Manso
Una triatleta con ganas de superarse a sí misma. Noemí Álvarez participó en su primer triatlón popular hace tres años y ahora entrena todos los sábados en el pinar de Doniños junto a otros padres del Club Triatlón Ferrol. Reconoce que a veces le da el bajón, pero entonces recurre a una frase que ha convertido en su mantra: «Aunque llegues el último en una carrera siempre tendrás por detrás a los que no se atrevieron a correrla».

Triatlón, guitarra, surf o danza contemporánea son las aficiones elegidas por «cuarentañeros»

06 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.
Una triatleta con ganas de superarse a sí misma. Noemí Álvarez participó en su primer triatlón popular hace tres años y ahora entrena todos los sábados en el pinar de Doniños junto a otros padres del Club Triatlón Ferrol. Reconoce que a veces le da el bajón, pero entonces recurre a una frase que ha convertido en su mantra: «Aunque llegues el último en una carrera siempre tendrás por detrás a los que no se atrevieron a correrla».
1/4 Una triatleta con ganas de superarse a sí misma. Noemí Álvarez participó en su primer triatlón popular hace tres años y ahora entrena todos los sábados en el pinar de Doniños junto a otros padres del Club Triatlón Ferrol. Reconoce que a veces le da el bajón, pero entonces recurre a una frase que ha convertido en su mantra: «Aunque llegues el último en una carrera siempre tendrás por detrás a los que no se atrevieron a correrla».CÉSAR TOIMIL
Aprendiendo guitarra a los 46, sin miedos ni vergüenzas. Teresa Barro siempre quiso aprender a tocar la guitarra, pero lo fue dejando por miedo a no hacerlo bien. Tras superar la barrera de los 40 se liberó de la vergüenza y ahora está cumpliendo por fin su sueño. «A mis 46 años me sigo sintiendo joven y creo que a los 80 seguirá siendo así. La juventud está en el espíritu», asegura.
2/4 Aprendiendo guitarra a los 46, sin miedos ni vergüenzas. Teresa Barro siempre quiso aprender a tocar la guitarra, pero lo fue dejando por miedo a no hacerlo bien. Tras superar la barrera de los 40 se liberó de la vergüenza y ahora está cumpliendo por fin su sueño. «A mis 46 años me sigo sintiendo joven y creo que a los 80 seguirá siendo así. La juventud está en el espíritu», asegura.CÉSAR TOIMIL
Sufero a los 51. Cristóbal Novoa, al que todos llaman Pisco, comenzó a surfear a los 40 años por sus hijos, Camila y Antón, que ya lo practicaban. Once años después, ellos se han convertido en sus mejores profesores.
3/4 Sufero a los 51. Cristóbal Novoa, al que todos llaman Pisco, comenzó a surfear a los 40 años por sus hijos, Camila y Antón, que ya lo practicaban. Once años después, ellos se han convertido en sus mejores profesores. CÉSAR TOIMIL
Enganchada a la danza contemporánea. Lucía Gutiérrez, de 48 años y madre de tres hijas, se apuntó a clases de danza contemporánea hace ahora ocho años. «Los cuarenta de hoy en día no tienen nada que ver con los de antes. Ahora la gente se cuida muchísimo más».
4/4 Enganchada a la danza contemporánea. Lucía Gutiérrez, de 48 años y madre de tres hijas, se apuntó a clases de danza contemporánea hace ahora ocho años. «Los cuarenta de hoy en día no tienen nada que ver con los de antes. Ahora la gente se cuida muchísimo más».ANGEL MANSO