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OKUPAS. Un precario techo entre ruinas. Al menos tres personas pernoctan en los bajos que dan hacia la residencia militar. Allí tienden la ropa, cocinan y sobreviven como pueden sin luz y sin agua.JOSÉ PARDO
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DEPÓSITO DE COCHES. Retirada pendiente. Decenas de coches se acumulan en el Sánchez Aguilera a la espera de la adjudicación del contrato para su retirada que el Concello tiene en marcha.JOSÉ PARDO
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MALEZA. Cubierta vegetal. La caseta de control del antiguo cuartel está recubierta por frondosos helechos. La vegetación asoma en buena parte de los tejados y canaletas de los edificios del perímetro.JOSÉ PARDO
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APARCAMIENTO. Renacen los socavones. Baches y socavones comienzan a reaparecer en la superficie de tierra y grava habilitada como aparcamiento que fue reparada hace menos de un año. JOSÉ PARDO
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ALMACÉN DE PIEDRAS. Adoquines de calles. Losas de piedra y adoquines se amontonan por el Sánchez Aguilera. Es su destino después de haber sido retiradas de calles reurbanizadas en los últimos años. JOSÉ PARDO
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SUCIEDAD Y PINTADAS. Residuos quemados y excrementos. Esta superficie fue habitada también por okupas en el pasado. Desde hace meses no. Residuos quemados, mantas, jeringuillas y excrementos los disuaden. JOSÉ PARDO